Las novelistas ofrecieron en Buenos Aires una rueda de prensa después de enterarse de que la obra que les demandó una investigación de cinco años se había adjudicado este galardón, uno de los más importantes de habla hispana.
"No hemos caído todavía. Para nosotras ya había sido un primer premio terminar la obra y no haber quedado en el camino, como nos podría haber pasado", destacó Wolf, licenciada en Lengua y Literatura Moderna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
La autora de La sonada aventura de Ben Malasangüe y Pollos de campo , entre otras, reveló que la fascinación por las aventuras del viajero Marco Polo fue el denominador común que las decidió a escribir la novela, sobre la que discutieron "hasta por comas y adjetivos, especialmente al principio", según coincidieron entre risas.
"Las aventuras de Marco Polo siempre nos sedujeron, porque tenían que ver con el descubrimiento de mundos, con la exploración", apuntó Montes.
"Y en particular añadió, el mundo medieval siempre me gustó y me atrajo. Las lecturas de la Edad Media son impresionantes, desde Dante (Alighieri) y (Francesco) Petrarca hasta los romances españoles".
Graciela Montes, profesora de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, describió a la Edad Media, en la que se desarrolla El turno del escriba , como un momento en el que "el mundo era muy heterogéneo".
"Estaba todo muy ligado, muy conectado, lo que contrasta con la imagen de aparato oscuro y secreto que se tiene de la Edad Media. Fue una época riquísima, con trasvases culturales extraordinarios. Era muy fluida y para nada rígida", señaló Graciela Montes.
En este sentido, la autora de El umbral y Elísabet subrayó que las investigaciones para la obra les permitieron ahondar en aspectos reveladores de la época medieval, como "la complejidad de las organizaciones sociales y políticas".
Otra cuestión que llamó su atención fue la organización de las ciudades y que todo se negociaba en aquella época. También que el poder estaba en cinco familias, lo que no ha cambiado con el transcurrir de la historia, por cierto, apuntó Montes.
La obra hoy premiada tiene como personajes centrales a Marco Polo y al escriba Rusticello, que coinciden en la cárcel en la Génova del siglo XIII. La novela transforma el espacio cerrado del calabozo en un arca donde caben el mundo real y el de los sueños.
Las escritoras argentinas señalaron que la han pasado "muy bien" con este "matrimonio" literario conformado para El turno del escriba , aunque indicaron que a futuro no tienen en mente algún otro proyecto en común.