ANA MONICA RODRIGUEZ
El maestro Walter Reuter (1906-2005) ''es un genuino representante de los fotógrafos humanistas del siglo XX'', expresó Alejandro Castellanos, director del Centro de la Imagen, quien resaltó la labor del artista de origen alemán, cuyos restos fueron cremados ayer en Cuernavaca, Morelos.
El contacto con las comunidades indígenas, la danza y la naturaleza, fueron otras facetas en las que se involucró Reuter, quien llegó a México en 1942 y es considerado el introductor del concepto de periodismo gráfico moderno.
Así lo recuerdan su hija Claudia, Alejandro Castellanos y Sergio Mondragón, este último integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte quienes destacaron la labor y el legado del artista de origen alemán, en torno al acontecer del México que le tocó vivir.
Cercanía con los indígenas
Respecto de Walter Reuter, fallecido el pasado domingo debido a una insuficiencia renal, Alejandro Castellanos explicó que ''entre sus facetas también figura el vínculo que mantuvo con los pueblos indígenas, en particular con los oaxaqueños, a quienes apoyó con espacios de cultura para impulsar el desarrollo de esas comunidades''.
Su perfil, agregó, es cercano al de Robert Cappa, ''ya que conocieron bien a la sociedad en la que vivieron después de residir en Europa''.
El Centro de la Imagen montó el año pasado una exposición con ''un avance'' de la investigación que se realiza en los archivos de Reuter, ''en la cual todavía continúan tanto la familia como Roxana García en la clasificación y catalogación de ese gran acervo''.
Y dijo que ese arduo esfuerzo se debe al trabajo diario de los reporteros gráficos quienes ''guardan día con día su material y es difícil que se ponga en circulación nuevamente''.
Aclaró que esos archivos no son inéditos, pues las fotografías se publicaron en revistas de esa época.
Castellanos también dijo que existe la posibilidad de realizar un homenaje a Walter Reuter en una muestra que aluda a su trabajo y a la importancia que tiene en la historia de la fotografía ''y a los varios reconocimientos que obtuvo, como el premio Espejo de Luz en el contexto de la Bienal de Fotoperiodismo''.
Desde que Walter Reuter llegó a México huyendo del nazismo, rememora Sergio Mondragón, ''se dedicó a fotografiar a México y a los mexicanos, pero en su parte sensible más profunda; y de inmediato vio que el mundo indígena era auténtico, genuino y lleno de vitalidad''.
También en sus imágenes plasmó ''al México colonial, templos, conventos, el arte barroco; además del México prehispánico con su pirámides y paisajes''.
Visión moderna
Por todo ello, dijo Mondragón, ''los mexicanos sabemos más de nosotros mismos gracias a él, y que por otro lado, su visión era la de un artista completamente moderno''.
Y explicó que conoció a Walter Reuter cuando era editor de la revista Memoranda:
''Generosamente abrió sus archivos para que publicáramos reportajes que ilustraban textos referentes a grupos indígenas y en muchas ocasiones viajó con nosotros para tomarlas en vivo.''
A raíz de esa cercanía, ''aprendimos no sólo de su responsabilidad, agudeza, olfato artístico, sino de su valor humano''.
Claudia Reuter, a su vez, refirió que su padre hasta hace poco más de una década ''seguía pendiente de sus archivos y le encantaba hablar de su trabajo, sobre todo de los indígenas, la danza, la verdad y la naturaleza de las cosas''.