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El libro contiene fotografías tomadas en África por Iván Alechine, cuando tenía 18 años. Como se observa en la imagen, el maestro Toledo las intervino con incisiones. (Foto: La Jornada)
C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de enero de 2013. (RanchoNEWS).- «La poesía no es sólo para hacer sentir, es para hacer ver», dice el poeta y fotógrafo Iván Alechine, quien ayer presentó su libro Escarificaciones, con fotografías intervenidas por Francisco Toledo. Una nota de Ericka Montaño Garfias para La Jornada:
Escarificar proviene del latín scarificare; una de sus tres definiciones dice, de acuerdo con la Real Academia: «Hacer en alguna parte del cuerpo cortaduras e incisiones muy poco profundas para facilitar la entrada o salida de ciertos líquidos. También es un arte en distintas culturas, entre ellas la africana, en el que esas incisiones en la piel forman cicatrices, las cuales cuentan una historia».
El poemario se publicó por primera vez hace 40 años con el título Tapis et caries, e incluía ilustraciones de su padre, el pintor Pierre Alechinsky. Ahora es una coedición bilingüe franco-española del Fondo de Cultura Económica y la editorial Aldus.
Hace 20 años, Alechine conoció a Toledo. «Un día me dije: ‘tengo que encontrar al maestro’. Me puse muy guapo, saco azul, tipo Octavio Paz, y llegué al Instituto de Artes Gráficas. Ahí había un tipo vestido de blanco, un poco sucio, con barba de tres días, con una maceta y un árbol. Dije: ‘qué simpático el jardinero’. Y me dijo: ‘yo soy Francisco’. Me quité el saco y empezó una larga amistad con él que se concretó con este libro, Escarificaciones, con estas intervenciones sobre mis fotos».
«Cuando vi la obra del maestro Toledo pensé de pronto que los poemas eran para él. Pero no sé por qué... en el mundo de los artistas hay mucha intuición, y racionalizamos después, creo. Lo pensé, pero no sabía cómo acercar un proyecto a la realidad. Pasaron años, y porque tengo otras cosas que hacer, me fui por ahí y por allá; un día encontré la solución, vi la portada del suplemento dominical de un periódico español, en el que Toledo había hecho unas marcas. Era la portada de Brad Pitt, y me puse celoso de Brad Pitt. ¡Pinche Brad Pitt, él sí está intervenido y yo no!»
«Me puso bien celoso. Entonces dije: ‘ah, pero bueno, mi cara no, pero al menos mis fotos pueden servir con Toledo. Eso fue en 2009. En 2010 regresé con mis fotos, los poemas traducidos y fui a ver al maestro y le dije: ‘¿quieres hacer algo?’ Me dijo: ‘Déjalo aquí en la cocina, en la mesa’. Hablamos de otra cosa. Muy poco tiempo después, dos meses después, llamé, y me dijo ya está, así humilde como es. Me preguntó si me gustaba, le respondí que sí, y me dijo: ‘pues llévatelo’»
Los poemas que forman Escarificaciones nacieron de un viaje a África, cuando Alechine tenía 18 años, y llevan al lector a construir imágenes. «No sé a que se deba que sean tan visuales. No sé, tengo mi propio genio, genio en el sentido árabe del genio que sale de la lámpara. Tengo algo especial. Nací en este mundo de pintores y de poetas. Un poeta es casi igual que un pintor, nada más que con palabras. Un buen poeta debe dar un impulso al lector para que él vea cosas mágicas. La poesía no es sólo para hacer sentir, también es para hacer ver».
Cuarenta años después, estos poemas se mantienen actuales. «Si los poemas son buenos, deben servir mil años. La poesía es para eso, para sobrevivir al tiempo, al paso de los días. Poco a poco tenemos miedo de que nos vamos a morir, ya pasó la fiesta, nos vamos a hacer viejos, pero adentro hay un fuego, es lo bueno de los artistas. Los artistas a veces agarran el fuego desde el principio, tipo Picasso, y mueren con el mismo fuego a los 90 años. Toledo igual, sigue con su fuego de juventud. Si estos poemas tienen algo, si son buenos, deben ser parte de ese fuego, que no tiene que ver con el tiempo. Sin caducidad».
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