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martes, noviembre 05, 2013

Noticias / España: Borges canta un tango «correctamente desafinado»

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María Kodama, la viuda de Borges, durante la presentación hoy en la Casa del Lector de Madrid de un documento sonoro inédito de su marido. (Foto: EFE / Sergio Barrenechea)

C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de noviembre de 2013. (RanchoNEWS).- «Tango» y «gaucho» son las dos palabra que identifican la patria argentina en cualquier parte del mundo, según Borges, a quien no le gustaba Carlos Gardel, «por ñoño», y quien amaba los cantos de la guardia vieja y la milonga, como muestran las grabaciones inéditas con su voz, donde incluso llega a cantar, informa la agencia EFE desde Madrid.

Las cintas, que acaban de salir a la luz, corresponden a tres charlas que el escritor argentino dio en Buenos Aires, en 1965, sobre el tango.

Éstas fueron presentadas hoy por la viuda del escritor María Kodama y por Cesar Antonio Molina, director de la Casa del Lector, de la Fundación Sánchez Ruipérez, donde está depositado el material cedido por el escritor Bernardo Atxaga, tras muchos avatares.

Casi cinco horas de grabación sobre el tango «ese pensamiento triste que se baila», que la Fundación Sánchez Rupérez y la Fundación Borges, junto con Anaya, editarán en un audio libro, anunciaron hoy.

Unas cintas, que explicó hoy Bernardo Atxaga por vídeo conferencia recibió de un amigo, que a su vez las recibió de otro amigo que se las dio como pago una deuda. Atxaga se la mandó al catedrático de Oxford y gran especialista y biógrafo de Borges Edwin Willamson, quien certificó que correspondían al escritor y que éstas eran inéditas.

Luego María Kodama, a quien se las envío César Antonio Molina también las dio por buenas, y hoy ya son un tesoro, una realidad para paladear.

Kodama recordó que Borges le contó que cuando él era chico había visto bailar el tango en la calle entre dos hombres que solo se tocaban las manos, ya que las mujeres se negaban a bailar en la calle porque decían que ellas hacían esos movimientos en sus cuartos, en sus casas, pero que no podía exhibirse con un hombre de esa manera.

«Con el tiempo y cuando en París empezaron a bailar tango, las mujeres, por esnobismo, empezaron a bailarlo en Argentina también».

Y Borges dice en las grabaciones «...el tango perdió los primitivos cortes y quebradas y se convirtió en una suerte de paseo voluptuoso... e hizo que apareciese un instrumento nuevo, el bandoneón, que no se conoció en las primeras orquestas...»

En las grabaciones Borges no sólo habla del origen del tango que lo fecha en torno a 1880 y cuya palabra le suena etimológicamente africana, ésta tema es sólo una excusa para desarrollar también su «increíble» memoria y sabiduría sobre diferentes temas.

«El tango sale de las casas malas, es arrabalero surge de los suburbios de la ciudad... y éste estaba cerca del centro...había gente que las frecuentaba para jugar a la baraja, tomar un vaso de cerveza o ver a los amigos...», dice.

«El tango surge en los mismos lugares en los que surgiera después el jazz en Estados Unidos...el tango ha llevado el nombre de Argentina por todas las partes del mundo... », añade.

«Son conferencias, charlas mejor que conferencias que iba hablando, diciendo con su memoria gigantesca. Habla primero de lo vivido, luego de lo escrito y luego de lo leído», indicó Molina.

«Se trata de Borges en su salsa. El tango es una excusa para hablar del mundo; de Walt Whitman, de Lugones, Homero, del Modernismo, de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, de Valle Inclán, de la milonga. Reconstruye el Buenos Aires de principio de siglo. Habla de guitarras y violines, de los cobardes y lo valientes, de las letras del tango y de la decadencia física de la mujer», concluyó César Antonio Molina.

Komada recalcó que a Borges le gustaban los tangos de la guardia vieja porque estos no tenían letra. Y en las grabaciones el propio Borges dice: «Los primeros tangos no tenían letra o tenían lo que podemos llamar decorosamente inefable o letra indecente o una letra meramente traviesa... y tararea 'pasen a ver señores...'».

Y lo que Borges deja claro es que no le gusta Carlos Gardel, porque tenía algo de «sentimiento llorón», y también que, según su propias palabras, él mismo canta en estas grabaciones un tango «correctamente desafinado».

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