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Luis de Tavira (en los micrófonos) y, en primera fila, Juan Meliá, Estela, Isabel, Eugenia y Mariana, hijas de Vicente Leñero; Emilio Chuayffet y Rafael Tovar y de Teresa, ayer, durante el tributo al escritor en el máximo recinto cultural del país. (Foto: José Antonio López)
C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de diciembre de 2014. (RanchoNEWS).- En Vicente Leñero, México tiene a un campeón de la libertad y de la verdad, dijo Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), en el homenaje al escritor y dramaturgo mexicano, que ayer se realizó en el Palacio de Bellas Artes. Reportan desde la ciudad de México para La Jornada Fabiola Palapa y Carlos Paul.
Subrayó que «descubrir la verdad, hallarla y exponerla fue la pasión que tramó su obra. La libertad siempre fue el camino. Libertad como rigor, como expresión, como creación, la libertad fue el camino para encontrar la verdad y manifestarla, para enfrentar la censura, la violencia del autoritarismo y las mordazas de la corrupción».
De Tavira evocó al Leñero periodista, quien supo elevar ese oficio a la altura del arte. «Creador de un estilo intransferible, Vicente es el dramaturgo que de modo más cabal asumió el desafío que nos heredó Rodolfo Usigli: que México aparezca en la alta dimensión del teatro».
Finalmente expresó que en conjunto las obras de teatro de Leñero son un valioso edificio de la dramaturgia mexicana, ya que él fue también un ingeniero civil.
El segundo en tomar el micrófono fue el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, quien reconoció el trabajo de Leñero, «como una obra construida y definida por la tenacidad».
Destacó «la voz de Leñero como una de las más representativas de la cultura del país, la cual se vio estimulada durante toda su vida, por su familia amorosa y creativa».
Guía, maestro y amigo: Solares
Al adiós al autor de Los albañiles acudieron familiares, colegas y personajes de la comunidad de teatro, cine y literatura, quienes con un minuto de aplausos recibieron la urna con las cenizas de Leñero, quien falleció el miercóles a los 81 años.
Las hijas del dramaturgo, Estela, Isabel, Eugenia y Mariana, quienes arribaron alrededor de las 12:13 horas al recinto, colocaron la urna en un pedestal ubicado en el centro del vestíbulo y montaron la primera guardia en compañía de Rafael Tovar, y María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Posteriormente, el titular de la Secretaria de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, Carmen Aristegui, Ignacio Solares, Eduardo Lizalde, Felipe Garrido, Adolfo Castañón, Julieta Egurrola, Arturo Beristáin, Luisa Huertas, Blanca Guerra y Enrique Singer, entre otros, montaron las guardias de honor, mientras los lectores y admiradores del dramaturgo pasaban frente a la urna con las cenizas.
Una recopilación de artículos escritos en su columna Lo que sea de cada quien, que Vicente Leñero (1933-2014), publicó durante 12 años en la Revista de la Universidad de México, será en fecha próxima editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró Ignacio Solares, director de la publicación.
Su columna, destacó Solares, «fue un modelo en el ámbito de lo literario y periodístico. Mucha gente compraba la publicación universitaria sobre todo para leer la columna de Leñero, quien era la estrella de la revista».
Añadió: «Compartíamos la preocupación de los temas religiosos; me descubrió grandes autores, fue mi guía, mi maestro y amigo. Su muerte es una pérdida irreparable. El mejor homenaje es releerlo».
Por otro lado, la dramaturga y directora teatral Estela Leñero Franco, hija del maestro, adelantó: «Hay un libro para niños que elaboró junto con el escritor Felipe Garrido, donde además de una recopilación de fotografías, Vicente Leñero cuenta muchas de sus experiencias de niño y adolescente. Es un especie de recorrido que hace de su vida.
«Se trata de un libro que ya está preparado y que Garrido intenta concretar para su publicación», dijo Estela. «Una vez le pregunté que por qué no publicaba los guiones de cine que no se llevaron a la pantalla grande, pero él decía, pues sí no se llevaron a la cámara, pues ya qué. También hay un borrador de un artículo que posiblemente se publique en enero próximo, en la Revista de la Universidad, sobre José María Fernández Unsaín, sobre su actividad como poeta y su relación con quien fue el presidente de la Sociedad General de Escritores de México».
El editor Gerardo Villa del Ángel, añadió la creadora escénica, «va a publicar otro tomo del Libro rojo. Mi padre fue de mucha importancia para mi carrera y la relación con mi madre lo marcó y lo impulsó. Además de la literatura, le dio su razón de existir. Con nosotras, sus hijas, tuvo una relación particular. Fue mi maestro, colega y amigo. Con él aprendí a escribir teatro, aunque luego él decía que ya lo traía. Así lo mismo con mis hermanas Isabel y Eugenia, quienes son pintoras, y con Mariana, que se dedicó a la neurolingüística. Acompañadas por él pudimos escoger un camino propio, pues como se dijo, uno de sus principios era la libertad de expresión y una de sus virtudes era su generosidad.
«Mi madre decidió quedarse en casa, acompañada por su hermana y gente querida, para esperar las cenizas de mi padre al regreso del homenaje en el Palacio de Bellas Artes».
Entre los asistentes estaba el actor Daniel Giménez Cacho, quien comentó: «Vicente Leñero me vio crecer y siempre me cobijó, aconsejó y criticó. Teníamos una relación de mucha generosidad de su parte.
«Él tenía una postura muy radical en defensa del teatro mexicano. En ese terreno hizo una gran labor de escribirlo, defenderlo y comentarlo».
El también actor Arturo Beristáin expresó: «El país necesita de mentes como la de Vicente Leñero, con la lucidez y el compromiso que tuvo con las mejores causas. Fue un periodista, novelista y dramaturgo extraordinario».
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