Rancho Las Voces: Música / España: «Shakey», la biografía más completa de Neil Young
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

lunes, diciembre 15, 2014

Música / España: «Shakey», la biografía más completa de Neil Young

.
Un hombre hosco y solitario, un genio inescrutable, así retrata a Neil Young Shakey, la biografía más completa del músico canadiense, que ahora se traduce al castellano.(Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de diciembre de 2014. (RanchoNEWS).- Cuando creíamos saberlo todo sobre Neil Young (Toronto, Canadá, 1945), y debe tenerse en cuenta que muchos consideraban eso un logro formidable teniendo en consideración la naturaleza escurridiza del Hombre, resulta que en realidad sólo teníamos la imagen de un coche que había pasado ante nuestras narices fugazmente, dejando una enorme pero incierta impresión. Una nota de Pablo Gil para El Mundo:

Sabíamos que había grabado un montón de sus canciones en su rancho de California y que sus dos hijos varones nacieron con parálisis cerebral, conocíamos sus gustos más extravagantes como los trenecitos de juguete o los coches antiguos y que The Needle and the Damage Done estaba dedicada a Danny Whitten, que murió de sobredosis, incluso habíamos llegado a poder distinguir a ciegas en unos pocos segundos el sonido crepitante de su Gibson Les Paul de 1953, que desde luego sabíamos que se llama Old Black.

Todo esto y mucho más se sabía ya del guitarrista y cantante canadiense cuando en el año 2002 se publicó un mamotreto de proporciones inhumanas llamado Shakey y subtitulado «Biografía de Neil Young». Podría la editorial haber puesto «La Biografía Definitiva» y haberse quedado tan a gusto, pero lo dejaron así probablemente por no fastidiar más, porque el hecho es que si bien el autor tardó ocho años en escribir las casi mil páginas del texto, tuvo que esperar aún dos años más a que se resolviera el fulminante juicio que interpuso Young contra la publicación. Así de disgustado había quedado el legendario músico tras leer el manuscrito, que lograba retratarle más allá del personaje que Young ha protegido con tanto celo como ha controlado toda su carrera desde los años 60.

Por primera vez se publica en España este libro fundamental para adentrarse en la vida y la obra de uno de los músicos de folk y de rock más importantes de Norteamérica (Editorial Contra).

Desde hace décadas, Neil Young apenas concede entrevistas. De hecho, el tropel de discos que graba suelen venir apoyados por las mismas fotos promocionales año tras año. El tío va a su bola, suele decirse. Es un hippie, es un flipado, es un visionario, es un genio, es un pirado, y siempre va a su bola. Ésa es la imagen más extendida del huraño oso carniseco que despelleja su guitarra eléctrica con furia lo mismo que entona las más quebradizas tonadas de folk americano. Emocionante y esquivo, así es Neil Young, y así es también en el monumental relato de McDonough.

¿Qué es, entonces, lo que tanto le molestó de este libro? El autor no escatima elogios artísticos. De buenas a primeras se confiesa como un fan de su música seducido por el personaje, pero en su exploración encuentra al hombre hermético, hosco, difícil de conmover y maniático del control que utiliza a su pequeño círculo de compinches como herramientas a su plena e imprevisible disposición.

Esa completa falta de empatía con el exterior, su facilidad para dejar tirados a los demás y una forma de entender el carisma como una dictadura blanda probablemente incomodaron más al artista que las anécdotas escabrosas, si por escabroso se consideran puntuales consumos descontrolados de alcohol y drogas o una infancia traumática en una familia desestructurada.

Una de las paradojas más interesantes que aquí se revelan es la frialdad que dedica a su camarilla el inescrutable Young, hombre con aires de bonachón despistado que no parece ser ninguna de las dos cosas. Capaz de capturar en sus canciones sentimientos, imágenes e historias de alto octanaje que alteran la sensibilidad de millones de personas, él sin embargo aparece como un caníbal que devora a todo el que está a su lado, si bien es cierto que todos los que están junto a él parecen de algún modo dispuestos a ser víctimas de ese sacrificio, como si se sintieran bendecidos por el hecho de dar vueltas en órbita alrededor del astro canadiense.

También resulta curioso el perfeccionismo de este artista cuya obra es un aparente monumento a la espontaneidad. Los que aman la música de Neil Young reconocen en ella un espejo mágico de la vida; es realista y cruda, es tan vulnerable que parecen haberla pateado hasta abandonarla para entonces mirarte a los ojos desarmando todas las mentiras y falsas apariencias.

En el amplio rango que va de las baladas delicadas a los coléricos exorcismos de ruido, su melancolía es como el producto de un arrebato, aunque se trate a menudo, en realidad, de la culminación de un proceso concienzudo y solitario de trabajo, porque al parecer Young, hombre de sorprendente determinación, casi nunca ha consultado con nadie lo que hace.

Más que un libro, Shakey es un reportaje periodístico con el tamaño y la agilidad de los cuádriceps de Usain Bolt. En vez de utilizar una narrativa literaria, que es la habitual últimamente gracias al éxito de la no ficción en EEUU y la corriente contraria al nuevo periodismo, McDonough utiliza como motor del texto las declaraciones de las más de 300 personas que llegó a entrevistar, entre las que se encuentran desde los familiares, amigos y colaboradores más próximos a Young hasta su mecánico, sus amigos del instituto o las vecinas de su madre en Florida.

El retrato, escrito con un apropiado lenguaje desenvuelto es así la suma de las imágenes que tienen de Young todas esas personas, una visión de 360º a la que se suman las propias entrevistas que el periodista y escritor hizo a lo largo de los años al músico, que terminó colaborando con McDonough después de unas reticencias iniciales.



REGRESAR A LA REVISTA