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La Bailarina de México. (Foto:Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua 1 de julio, 2008. (RanchoNEWS).- En los años 50 se ganó el sobrenombre de «la primera bailarina de México». Se le recordará hoy en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.Una nota de Verónica Díaz para Milenio:
Su padre la enroló en la danza clásica por prescripción médica; después de padecer una terrible tifoidea Laura Urdapilleta inició sus clases de ballet para fortalecer sus piernas. Aunque su padre no imaginó ni pudo ver hasta dónde llegó su hija, su madre se convirtió en su principal impulsora y admiradora.
La impronta de esta primera figura está por escribirse. Para rememorar a esta artista tapatía, recientemente fallecida, hoy recibirá un homenaje a las 19:00 horas en el Palacio de Bellas Artes, en el que se proyectará un video con la semblanza y se realizará una mesa redonda con la participación de Nellie Happee, Jorge Cano, Sylvia Ramírez, Tulio de la Rosa, Carlos López, Elizabeth Cámara y Salvador Vázquez Araujo.
Bajo su égida se formaron varias generaciones de bailarines. Entre 1941 y 1945, realizó sus primeros estudios de Danza Clásica en la Academia de Olga Escalona. A los 15 años debutó en el Ballet de la Ciudad de México, dirigido por Nellie y Gloria Campobello.
A decir de su compañera, amiga y cuñada, Sylvia Ramírez, Urdapilleta fue de esas personas que nacen para ser artistas. «Por entonces no existían escuelas profesionales de danza clásica, así que lo que ella pudo desarrollar fue eso con lo que nació, tenía una presencia impresionante sobre el escenario», dice en entrevista, la maestra Sylvia Ramírez.
Virtudes y conquistas
En el texto que para el aniversario 50 de la carrera de Urdapilleta escrito por Sylvia Ramírez, se hace un recuento de las características que hicieron de esta mujer una llama viva en el escenario: «Figura, destreza, técnica, proyección escénica y la capacidad para interpretar personajes de variada índole (…).
«(…)Su figura impecable, de excelentes proporciones, sumada a su proyección escénica, la hacían presente en el momento mismo de su aparición sobre el foro. Inmediatamente se sabía que estaba ahí aún cuando estuviera en posición estática».
Todo ello hizo que fuera la primera intérprete mexicana del personaje completo de Giselle, o una de las primeras bailarinas a las que se les montara El combate, que requiere mucha fuerza y destreza.
«Sus dotes físicas la llevaron a ser capaz de interpretar, en una sola noche, el pas de deux del cisne negro del ballet El lago de los cisnes y los tres actos del ballet Coppelia. Hazaña que no cualquier bailarina es capaz de realizar.
Pero fue su proyección por televisión lo que le valió el sobrenombre de «la primera bailarina de México», así se demuestra en la publicación Homenaje. Una vida en la danza.
Los programas culturales enviaban sus mensajes por medio de los artistas más destacados de la época. Laura compartió estelares junto con cantantes como Hugo Avendaño, Ernestina Garfias, Pedro Vargas; comediantes como Joaquín Pardavé y compositores como Agustín Lara.
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