.
Los invitados reconocieron que la poesía de Alardín se ve en la acción cotidiana. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 28 de julio, 2008. (RanchoNEWS).- Festejan a la escritora por sus 75 años de vida con la lectura de algunos fragmentos de su obra. Una nota de NOTIMEX:
Colegas, familiares, amigos y público en general rindieron hoy un emotivo homenaje en el Palacio de Bellas Artes a la poetisa mexicana Carmen Alardín, una bordadora de tramas y pasiones, en el 75 años aniversario de su nacimiento.
La poetisa tamaulipeca fue distinguida con la lectura de pequeños fragmentos de sus obras y palabras que aludieron a su virtuosa e incomparable vena poética.
Héctor Carreto, Rocío González, Dionicio Morales, Lucía Rivedeneyra, Natalia Toledo y Sofía Garza Alonso, dedicaron a la ganadora del premio Xavier Villaurrutia algunas anécdotas y relataron grandes ocurrencias que la hacen en su conjunto una mujer auténtica.
En el acto, efectuado en la Sala Manuel M. Ponce, los ponentes coincidieron en que caminar largas distancias, platicar del arte con una buena taza de café como fiel testigo, adornar su cabeza con una pequeña flor, reír con los amigos, vivir y hacer vivir de las letras a los que gustan y se extasían en ellas, son algunas de sus virtudes.
Se le reconoce además, dijeron, fungir como mediadora de conflictos y como musa de nuevas generaciones, que es lo que une a la poeta con su gente.
Los invitados reconocieron que su poesía se ve en la acción cotidiana, pues ésta encuentra en lo más obvio de la realidad y es que visiblemente Alardín escribe para vivir y expresar cómo es que ve el mundo.
El amor, la vida y el deseo son temas recurrentes en la obra de la escritora, resultado de la búsqueda de la esencia de la vida, consideró Lucía Rivadeneyra.
Vestida con un elegante conjunto blanco, y plena de felicidad, Alardín agradeció a los presentes su compañía y comentó que aunque la palabra homenaje no le gusta mucho, pues le parece muy grande, lo acepta con agradecimiento porque, como su esposo dijera, es un juramento de fidelidad y ella es fiel a sus lectores.
Después de encontrar quien le prestara unos lentes pues olvidó los suyos, leyó poemas como El cuento de nunca acabar y El puerto.
Licenciada en Letras alemanas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1976, Alardín afirmó que una de sus mejores maneras de matar el estrés, la desventura, la impotencia o frustración, es la poesía, que para ella es un monstruo que atrapa, embriaga y lleva a explorar mundos desconocidos.
Al finalizar el acto, su nieta Sofía Garza Alonso leyó un poema de su autoría para después dar paso al de Alardín, titulado El pozo de los sueños, que fue ampliamente aplaudido por los asistentes.
Así, entre bromas, recuerdos, risas y poemas, Alardín se despidió con una gran sonrisa en el rostro y la felicitación de sus colegas y amigos.
REGRESAR A LA REVISTA