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El ex comisionado con el presidente Calderón durante la celebración oficial del aniversario de la Revolución Mexicana en el 2007. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. Lunes 03 de noviembre de 2008. (RanchoNEWS).- Respecto a la renuncia del comisionado del festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, Rafel Tovar y de Teresa, las periodistas de El Universal, Noemí Gutiérrez y Sonia Sierra, ofrecen desde la Ciudad de México el siguiente trabajo:
Los asistentes a la comida ofrecida por Telmex a funcionarios culturales y estatales el 10 de octubre pasado, entre los que se encontraba el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, se sorprendieron de los reproches que Sergio Vela, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, hizo a Rafael Tovar y de Teresa, coordinador de la comisión encargada de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana.
Vela, entre broma y broma, reclamaba a Tovar que hubiera filtrado la información de sus gastos en viajes internacionales, por lo que recibió fuertes críticas de la opinión pública.
Bajo su óptica, la intención del coordinador era socavar su posición para regresar al Conaculta, institución que dirigió de 1992 a 2000.
Dos semanas después de esa confrontación, Tovar presentó su renuncia a la coordinación sin que él o la Presidencia de la República explicaran los motivos.
Consultados por El Universal, investigadores relacionados con el trabajo de la comisión y personajes que estuvieron presentes en la comida cuentan que la salida del ex presidente del Conaculta se debió a esa pelea en Guanajuato y a las constantes negativas para disponer del presupuesto requerido por el organismo.
Ante diversos públicos, Tovar había contado los problemas para organizar festejos en una comisión que no tiene presupuesto asignado por el Congreso.
En esas ocasiones, deslizó que si enfrentaba obstáculos para la entrega de los recursos o cerrazón de dependencias, prefería irse antes de que la fecha de las celebraciones estuviera cercana.
En el decreto de creación del organismo, elaborado por el Congreso, venían muchos de los problemas porque no estaban definidos los lineamientos ni se le daban facultades ejecutivas, sólo se le consideraba organizador.
Adicionalmente, encontraba problemas con titulares de secretarías, institutos y organismos que debían participar en las actividades pero preferían no cooperar para no darle lustre a una comisión que ellos no controlaban.
Un ejemplo de ello es que en las reuniones mensuales a las que convocaba la comisión no acudía el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Alfonso de Maria y Campos, sino el secretario administrativo, Luis Ignacio Sainz Chávez. Pese a la demanda expresa de que De Maria acudiera, su petición no fue atendida.
El asesor de una comisión legislativa que prepara su propio programa sobre el Bicentenario de la Independencia, explica que el trabajo de Tovar fue bloqueado permanentente por la burocracia cultural.
Sin dinero ni influencia sobre los funcionarios que alguna vez fueron parte de su equipo, Tovar quedó aislado poco a poco. Todavía pidió ayuda a quien consideraba su jefe, el Presidente, pero el auxilio no llegó.
Apenas renunció, su reemplazo, el director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, José Manuel Villalpando, informó que la labor de la comisión se «institucionalizaría», esto es, que las actividades serían conducidas por esa institución, que tiene presupuesto asignado y personalidad jurídica, las caracaterísticas de las que carecía la comisión de Tovar. (Con información de Sandra Licona)
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