.
Retrato de Jessica Jones de Sonia Soberats. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de marzo de 2009. (RanchoNEWS).- La muestra Invidente Fotosensible conformada por 56 imágenes es recibida en el Centro de Estudios Lationamericanos Rómulo Gallegos. Una nota de EFE:
La oscuridad muestra su visión del mundo a través de las fotografías realizadas por invidentes en la exposición Invidente Fotosensible en el Centro de Estudios Lationamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) de Caracas.
Invidente Fotosensible está formada por 56 imágenes, sin ayuda digital y todas con técnica fotoquímica, tomadas entre 2003 y 2006 por 10 artistas invidentes y 20 videntes, que puede verse en la capital venezolana desde esta semana y hasta el próximo 19 de abril.
«Hay tres imágenes: la imagen mental, la imagen resultado y la que imaginan al serles descrita», explicó a Efe Yuri Liscano, comisario de la muestra y uno de los fotógrafos videntes que se vendó los ojos para tratar de entender «cómo ven los que no ven».
La sorprendente propuesta asombra por el tránsito entre lo imaginado y lo expuesto, con imágenes que remiten a los sueños, aunque siempre aparezca el cuerpo humano como motivo recurrente.
«La mente empieza a alucinar al trabajar sin la vista, con los sonidos, los olores, el tacto. Te das cuenta de cómo la visión te protege o te aisla. Al no tener vista, los otros sentidos se multiplican» señaló Jorge Reventós, otro de los fotógrafos participantes.
La idea surgió cuando la fotógrafa invidente venezolana Sonia Soberats, de 80 años y que reside en Nueva York, visitó el país para hablar de su experiencia y posteriormente dictar una serie de talleres que se realizaron junto a la Asociación Nacional de Ciegos de Venezuela en el Museo de Bellas Artes de Caracas.
«La mayoría de los fotógrafos invidentes participantes no lo son de nacimiento, si no que perdieron la vista durante su vida, por lo que aún conservan unas referencias visuales», puntualiza Liscano.
Quizá por ello una de las cosas que más fascina al público que acude a la muestra es la escasa diferencia entre las fotos tomadas por invidentes y videntes, que tienen unas extrañas similitudes.
«Se producen imágenes poseedoras de un gran impacto visual, generadas a partir de la ceguera, de la oscuridad y que poseen un extraño misterio», escribe Liscano en el catálogo de la exposición.
José Luis Guevara, investigador del arte y la discapacidad, destacó la importancia de «relativizar el término discapacidad, y entender cómo no es tal, si no que poseen otras capacidades» y la «sensibilidad» que muestran las fotografías expuestas.
«Realmente, es trabajar con luz, es la verdadera definición de la fotografía: escribir con luz», agregó Reventós, mientras recordaba la distancia entre su imagen mental y el resultado de uno de sus trabajos.
Todos los participantes, sin embargo, destacan la dimensión emocional de la técnica de la fotografía invidente, pues te permite descubrir cómo «los invidentes también son capaces de ver, pero a su manera».
«Se trata de redescubrir la idea de imagen más allá de la definición habitual, y cómo descubrimos que, en ocasiones, también la luz nos limita», dijo Irisbell Rosal, directora ejecutiva del Núcleo Fotosensible, organizadores de la exposición.
La exposición va acompañada de talleres y charlas sobre fotografía invidente que buscan acercar esta novedosa técnica al gran público, que desde la inauguración ha mostrado gran interés por las obras expuestas.
Las fotografías, todas en blanco y negro, ponen de relieve los matices presentes en la oscuridad y cómo podemos moldear y dibujar con la luz desde la ceguera, demostrando la paradójica relación entra la sombra y la luz.
«Las fotografías en la oscuridad nos descubren el poder de la luz», concluyó Liscano.
REGRESAR A LA REVISTA