.
Elisa Carrillo, en imagen de 2009, durante una entrevista con La Jornada. (Foto: Francisco Olvera)
C iudad Juárez, Chihuahua, 5 de julio 2011. (RanchoNEWS).- A 12 años de haber comenzado su carrera profesional en Europa, Elisa Carrillo fue ascendida ayer a primera bailarina en la Casa de la Ópera de Berlín, con lo que se convierte en la primera mexicana en lograr ese estatus dentro de esa prestigiada compañía de ballet. Una nota de Ángel Vargas para La Jornada:
«Éste es un sueño que tuve siendo niña y ahora se me ha cumplido. No ha sido fácil, he tenido que trabajar fuerte, dejar muchas cosas, salir de mi país y estar lejos de mis seres queridos, incluso a veces he sufrido; pero solamente así uno puede hacer posible lo que quiere», subraya la intérprete.
«Compruebo que es cierto eso que dicen sobre la importancia de soñar. Sólo así se logran las grandes metas. Claro, a veces la vida da muchas vueltas y uno no consigue lo que se propone, pero lo importante es no desfallecer, creer en uno mismo, trabajar sin fatiga y, sobre todo, nunca dejar de soñar».
El nombramiento de la bailarina, nacida en Texcoco, se dio en una reunión que efectúa la agrupación en las postrimerías de su temporada, la cual concluirá este viernes en la capital de Alemania.
Ejemplo a seguir
Vía telefónica desde Berlín, Elisa Carrillo sostiene en entrevista con La Jornada que tan histórico ascenso ocurre en el mejor momento de su vida profesional y personal.
«Tengo 30 años y esta edad es la mejor etapa de un bailarín. Uno ya cuenta con madurez y sabe lo que quiere. Con varios años de experiencia, siento que tengo la preparación adecuada.
«Quizá hubiera sido muy prematuro que ocurriera antes; sin duda todo llega en el tiempo justo. Estoy en mi mejor momento como persona, mujer y artista».
Ser primera bailarina es lo máximo en una compañía de ballet, destaca la intérprete, y asume que lo más difícil es mantener su nivel.
«A partir de ahora será más trabajo; uno tiene que demostrar por qué ocupa ese lugar y ser un ejemplo para todos, en especial para quienes empiezan», dice.
«Me llegó la oportunidad de encontrarme en lo máximo y sé que lo importante es mantenerme allí, disfrutarlo. Eso es lo que he aprendido de otras bailarinas».
Hasta este lunes, Elisa Carrillo se desempeñaba como solista en esa compañía alemana, lugar que ocupó desde se incorporó hace tres años. Fue en abril de 2009 cuando su nombre e imagen dieron la vuelta al orbe al ser la protagonista del estreno mundial de la coreografía Blanca Nieves, del francés Angelin Preijoca, cuyo vestuario fue confeccionado por Jean Paul Gaultier.
Desde entonces es una presencia esencial en gran parte de las coreografías montadas por esa agrupación: «He tenido muchos momentos lindos en mi carrera, sobre todo en los dos años más recientes.
«Quizá nunca hubiera llegado este nombramiento y aun así me habría sentido satisfecha. Sin embargo, ocurrió, y significa mucho para mí. Doy gracias a la vida, a mi familia, mis maestros, a mi país por apoyarme».
Se dice muy orgullosa de ser mexicana y subraya que uno de sus retos es poner en alto el nombre del país, no obstante «las terribles circunstancias» que vive.
«Me da tristeza lo que ocurre en México, que se hable de él en las noticias sólo porque cada día es mayor el número de muertos y el índice de delincuencia, que haya muchos problemas, como el de tantos jóvenes sin empleo», indica.
«Me duele mucho mi país y espero que con lo que hago contribuya a cambiar su imagen. Estoy convencida de que el arte puede ayudar a resolver ciertos problemas o hacerlos más ligeros. Espero que esta noticia sobre mi persona pueda alegrar aunque sea por unos instantes a alguien en el país».
Mayor información: Elisa Carrillo
REGRESAR A LA REVISTA