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Julio Galindo, durante la entrevista con La Jornada, muestra cómo realiza el revelado de imágenes en su cuarto oscuro, ubicado en una azotea de la colonia Condesa. (Foto: Cristina Rodríguez)
C iudad Juárez, Chihuahua, 13 de julio 2011. (RanchoNEWS).- El proceso de fotografía en platino-paladio, utilizado sobre todo a finales del siglo XIX y principios del XX, que utiliza el papel artesanal de algodón, es recuperado por Julio Galindo en los talleres que imparte en varias partes del país. Una nota de Fabiola Palapa Quijas para La Jornada:
En días recientes impartió uno en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana.
Asimismo, Artemx Ediciones lanzará en octubre un libro electrónico y otro en papel sobre la historia y las características de la impresión en platino, que incluirá imágenes de Galindo.
La presentación de los libros, con prólogo de José Antonio Rodríguez, se realizará durante el Simposio Internacional de Fotografía Alternativa (APIS), que tendrá lugar ese mes en Santa Fe, Nuevo México.
La calidad de la imagen es la razón principal por la que Galindo recupera la técnica artesanal de platino-paladio, pues considera que la fotografía digital nunca podrá competir con ella, a pesar de que cada vez se usa menos la fotografía analógica.
Equipo rústico
En charla con La Jornada, el fotógrafo Julio Galindo asegura que trabajar en platino es la manera más fina de producir una impresión fotográfica, y la imagen es tan permanente como el papel en que se imprime.
Por eso utiliza papeles como Arches Platine, manufacturado en Francia especialmente para este proceso.
Con el platino-paladio, Galindo ha logrado gran cantidad de variaciones en la imagen, porque la temperatura del lugar, la humedad, el tipo de revelador y el tipo de papel ofrecen una amplia gama tonal. Por este motivo también ha realizado algunas impresiones de la obra de Francisco Toledo, Graciela Iturbide y Francisco Mata.
Con la finalidad de obtener mejores resultados en la impresión de las imágenes, Galindo recurre a la computadora para crear negativos digitales que le permitirán imprimir la emulsión en platino-paladio.
El fotógrafo trabaja con una cámara de formato medio, utiliza una Rolleiflex y una Hasselblad, usa una lente gran angular de 50 mm, y en el laboratorio que tiene en su cuarto de azotea, en la colonia Condesa, realiza el proceso de platino con prensas de contacto, negativos de vidrio de nitrato y químicos tóxicos, todo lo que se usaba en el siglo XIX.
En su laboratorio, comparte con La Jornada que el papel que utiliza de algodón es emulsionado con oxalato férrico y cloroplatinito de potasio y, una vez expuesto a la luz, vuelve a un estado ferroso. Aunque no se necesita un cuarto oscuro para la impresión en platino, recomienda que sea en un lugar con poca luz.
De acuerdo con Julio Galindo, el platino es más estable que la plata, por eso las impresiones son las más permanentes y mates.
El revelado y aclarado consiste en pequeñas partículas del metal repartidas en las fibras del papel de algodón, ya que no hay emulsión y al secarse las impresiones se mantienen aplanadas.
Cuando el papel emulsionado está listo –explica Galindo– se coloca el negativo y un acetato transparente que servirá para proteger aquél en caso de que la emulsión todavía siga húmeda. El papel acetato negativo se coloca en una prensa de contacto o de vacío y se expone a luz ultravioleta.
«Ya expuesto es mejor revelar de inmediato. Se coloca la impresión sobre la charola y con la parte expuesta hacia arriba, cubriéndola con el revelador. Un par de minutos será suficiente para ver la impresión en platino.»
Galindo imprime con equipos rústicos, un negativo, un vidrio, un kit de PT-PD, el sol, revelador OP y una bolsa de Hypo. Asimismo, recomienda revelar el material entre las 12 y las 14 horas.
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