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Julio Cortázar, asiduo colaborador de esa institución cultural (Foto: Tomada del libro Casa de las Américas: 1959-2009)
C iudad Juárez, Chihuahua, 20 de julio 2011. (RanchoNEWS).- La historia cultural de América Latina no puede comprenderse sin una de sus instituciones más prestigiosas: Casa de las Américas, con sede en La Habana. Una nota de Ericka Montaño Garfias para La Jornada:
Con 52 años de vida, nació como un espacio de encuentro cultural cuando Cuba permanecía aislada diplomáticamente. Las cosas han cambiado y ahora enfrenta como tarea «la vinculación con los valores emergentes del continente. Casa de las Américas tiene relaciones fuertes con casi todos los países», señala su director, el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar.
Durante mucho tiempo «Cuba estaba diplomáticamente aislada de los países de América Latina y el Caribe, con la honrosa excepción de México. Hoy día la situación es muy distinta: Cuba tiene relaciones diplomáticas con todos los países de la America Latina y el Caribe, yo diría que con todos los países de América, excepto Estados Unidos, y hoy día el trabajo de Casa de las Américas no se hace sólo directamente con escritores y artistas, sino en muchos casos también con instituciones de los países. Es decir, la situación indudablemente ha cambiado para nosotros».
Casa de las Américas se fundó en 1959, cuatro meses después del triunfo de la Revolución, y su objetivo era poner en marcha «un plan intensivo dirigido a realizar las amplias funciones que constituyen la razón de ser de este organismo y que serán, en definitiva, los nexos más seguros y perdurables que unan a pueblos identificados en su origen, en sus sueños e intereses», se recuerda en el libro Casa de las Américas: 1959-2009, una edición especial preparada con motivo del aniversario número 50 de la institución, que traza ese recorrido histórico con imágenes de su archivo fotográfico y artístico.
Los grandes de la literatura y el arte latinoamericanos aparecen en las páginas del volumen, como Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Miguel Otero Silva, Roger Callois, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, Juan José Arreola, Dario Fo, Wole Soyinka, José María Arguedas, José Emilio Pacheco, Julio Cortázar, Italo Calvino, José Lezama Lima, Nicanor Parra, Jaime Sabines, Juan Bañuelos, Carlos Pellicer, Efraín Huerta, Mario Benedetti, Isabel Parra, Noel Nicola, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Roque Dalton, Víctor Jara, Rafael Alberti, Max Aub, Eduardo Galeano, Mercedes Sosa, Omara Portuondo, Rodolfo Walsh, aunque apabullante lista, son apenas algunos de quienes forman parte de la historia de Casa de las Américas.
Larga tarea
Publicaciones, teatro, música, literatura, exposiciones, foros, conciertos y, por supuesto, el afamado Premio Casa de las Américas forman parte de las primeras cinco décadas de la institución.
La edición del volumen «fue una tarea larga, porque hubo que revisar toda la faena de la casa, que al cumplir 50 años es considerable. Quizá se ha tardado prácticamente un año en hacerse este libro, en prepararse; varias compañeras y compañeros trabajaron en esa tarea de selección para este importante volumen. Se editaron unos cuantos centenares, desgraciadamente. Tenemos la esperanza de hacer un nuevo tiro, pero en este momento unos cuantos centenares nada más. Es un libro que no se puede poner a la venta por tener muy pocos materiales. Se entrega a personas especialmente interesadas en el tema», explica el poeta vía telefónica.
Cincuenta años, agrega, «es mucho para una institución cultural en nuestros países, y Casa de las Américas ya tiene más de medio siglo. Se estimó con razón que era necesario hacer un libro que de alguna manera fuera una suma, una revisión de lo que la institución ha hecho durante sus primeros 50 años.
«Fue un proyecto acariciado por todos en Casa de las Américas, especialmente por el grupo de compañeros y compañeras que trabajaron de manera muy intensa en él. Un libro que tardó bastante tiempo en tener forma definitiva. El diseño nos parece excelente, fue de Pepe Menéndez, un joven diseñador que no estaba en los años fundadores y por ello representa él mismo a los nuevos trabajadores. A lo largo de más de 50 años se han renovado mucho las distintas áreas de trabajo y el diseñador del libro encarna muy bien esta nueva presencia, esta presencia de jóvenes en el trabajo de Casa de las Américas que no sólo tiene un rico pasado, sino un rico presente y esperamos un rico porvenir».
La casa «ha ido creciendo a medida que pasaron los años. Por ejemplo tenemos el premio literario Casa de las Américas, que se publicó muy temprano, a finales del año 59, se llamaba entonces Concurso Literario Hispanoamericano. Pasaron varios años, luego se llamó Premio Literario y ya no sólo fue Hispanoamericano sino que incluía a Brasil y todas las Antillas de habla inglesa y francesa».
También se ha ampliado el área de las preocupaciones de la casa, explica Fernández Retamar. «Hace unos años creamos el Programa de Estudios de la Mujer, posteriormente el Programa de Estudios sobre Latinos en Estados Unidos y este mismo año se ha creado un Programa de Culturas originarias de América. Casa de las Américas sigue creciendo como el verso de Antonio Machado: se hace camino al andar. Sigue creciendo en cuanto a sus preocupaciones, sus áreas de trabajo, es un poco difícil predecir desde ahora mismo cómo va a crecer en el futuro, pero estamos seguros de que se procederá como se ha procedido en el pasado».
Mayor información: Casa de Las Américas
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