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Fotografía de la serie Ricas y famosas de Daniela Rosell, (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 13 de julio 2011. (RanchoNEWS).- Ricas y famosas es el título del último filme que rodó George Cukor. A los 83 años, el legendario director de actrices escogió a Jacqueline Bisset y Candice Bergen para protagonizar este dramón sobre la rivalidad sentimental y profesional entre dos viejas amigas que fue un taquillazo en 1981 y tuvo incluso alguna escena escandalosa, como ésa en la que la madura Bisset se deja seducir por un gigoló veinteañero. Una nota de Juan Manuel Bellver para El Mundo:
Ricas y famosas (1994–2001) es, también, el título de una serie de fotografías tomadas por Daniela Rossell en el ambiente de las altas esferas sociales mexicanas, que se convirtió en un polémico libro editado por Turner en 2002 y fue objeto de una exposición, en los años siguientes, que llegó a recalar en España, en el Patio de Escuelas de la Universidad de Salamanca. Aquella colección de 40 imágenes, que se convertiría en la primera obra mayor de esta fotógrafa nacida en 1973 en el DF, fue una traición para su propia gente, ya que Daniela retrató a su familia y a sus amigos, revelando el universo femenino de la oligarquía azteca y sus salones, muebles, objetos decorativos y caprichos, en sus residencias de Ciudad de México o Acapulco o Monterrey o incluso Nueva York.
Casi una década después, esa serie que la revista mexicana de análisis político Proceso calificó como «Autorretrato de la decadencia» y que el historiador Guillermo Tovar definió como «un testimonio del estado de ensoñación diurna en que vive la plutocracia mexicana, a través de expresiones kitsch» ejerce su fascinación en las Rencontres d’Arles Photographie 2011 y se ha convertido en una de las exhibiciones favoritas para los 7.300 espectadores que (batiendo un nuevo récord del certamen) han acudido durante la primera semana.
El Festival Internacional de Fotografía, cita cultural de primera magnitud del veraneo provenzal, tiene en su 42 edición como país invitado a México (a pesar del boicot gubernamental impulsado por el Eliseo contra el Año de México en Francia debido a un problema diplomático) y ha consagrado ocho de sus 60 espacios expositivos al octavo arte del país azteca. Además de Rosell, merecen la pena la amplia muestra historicista México: Fotografía y Revolución, así como las expos individuales Graciela Iturbide, Enrique Metínides, Maya Goded, Dulce Ponzón o la presentación, por primera vez en Europa, de la llamada Maleta mexicana de Robert Capa. Pero son los colores vehementes y saturados, los interiores casi barrocos en que se mueven esas mujeres de papel couché retratadas por Daniela Rossell los que están haciendo correr ríos de tinta en Arlés. Sus imágenes aparentemente delirantes pero absolutamente auténticas vienen a confirmar aquí, una vez más, que la realidad suelen superar a la ficción.
Mayor información: Rencontres d’Arles Photographie
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