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La poeta mexicana durante la entrevista (Foto: Cristina Rodríguez)
C iudad Juárez, Chihuahua, 9 de agosto 2011. (RanchoNEWS).- La poesía oralizada tiene la capacidad de instalarse en las emociones, a diferencia de la que uno lee en silencio, ésa es la visión de la poeta Pura López Colomé, quien al lado de su colega y amigo escocés Alastair Reid, grabó sus poemas favoritos, pero antes los hicieron renacer en la lengua de cada uno: el inglés o el español. Una nota de Alondra Flores para La Jornada:
«La idea es abandonarse a la experiencia», convoca en entrevista con motivo de la aparición de Resonancia/ Resonance: poesía en dos lenguas/ Poetry in two languages, tres discos compactos en los que dieron su voz a sus poetas preferidos y apropiados, acompañados por un libro también en versión bilingüe que forma parte de la colección Entre voces, del Fondo de Cultura Económica (FCE).
«Nunca olvidarás algo que te entró por el oído», y para comprobarlo comienza a recitar en inglés un poema de Theodore Roathke: «I remember the neck curls, limp and damp as tendrils», con voz nítida y fresca, como la mañana en que se realiza la conversación en una librería en la ciudad de México. Ese poema fue incluido en la antología, que «aunque no es fácil en cuanto contenido, tiene ritmo tan claro, entra por el oído y hace detenerte».
Trabajo al alimón
La propuesta surgió de Reid, quien dejó Nueva York y rentó una casa en Cuernavaca, donde vive López Colomé, narra ésta. Trabajaron arduamente casi dos meses, por las mañanas en soledad, «como presos en aislamiento forzoso», así es la labor del traductor, por la tarde a mostrar sus avances y corregirse mutuamente, con el reto de no usar diccionarios. Las grabaciones se lograron en sólo dos días, «fluyó muy fácil, yo creo porque los dos creemos en el poder de la poesía en voz alta, y no quiero decir declamada, como se entendía antes», hay que matar al viejo Declamador sin maestro, bromea.
«Alastair tuvo la suerte de nacer en una época en la que pudo hacerse amigo de Pablo Neruda, de Borges, de Álvaro Mutis, en esa generación de Gonzalo Rojas (Reid nació en 1926), tener la misma noción del mundo que ellos y caminar con ellos», son poetas a quienes ha traducido al inglés.
La autora de los poemarios Santo y seña y Reliquia dice haber aprendido mucho de Reid; «ya nos conocíamos de años, yo admirándolo por lo que ha hecho toda su vida, ya lo había traducido. Fue secretario particular de Robert Graves durante 15 años, una amistad muy intensa, cuando rompieron fue en serio», y relata que se despidieron sólo con la mirada, cuando Graves ya no podía hablar, cercano a la muerte.
Sin embargo, el proyecto de Resonancia tardó varios años en ver la luz, por lo intrincado que resultó para el FCE conseguir los derechos para publicar más de 70 poemas de autores diversos. Incluso, muchos quedaron fuera, porque originalmente se grabaron cuatro discos.
Por ejemplo, comenta la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 2007, hay un poema de Emily Dickinson, esencial, de una enormidad. Le dije a Reid «no vas a dejar de incluir tu favorito de Neruda o de Borges, o yo de Wallace Stevens, así fue creciendo la antología», o Seamus Heaney, a quien López Colomé ha traducido destacadamente. «Ya verán dónde están nuestras almas, la de Alastair y la mía».
Coronación de dos carreras
Y la música, no de fondo, sino complementaria, «debía ser algo semejante. Y lo es, porque es de Johann Sebastian Bach, escrita originalmente para clavecín, traducida a guitarra, es decir, transcrita por un amigo, Alfredo Sánchez».
El acento regresa a la música, «el poema ha pasado una fase clave cuando realmente funciona en su música», explica sobre esa cualidad cuando se lee en voz alta, sin ser un lector profesional o identificar formas como el encadenamiento y el encabalgamiento, si el ritmo es claro va directo a ti, «en la oralidad es la única forma de poner un filtro».
Aparece una paradoja de la traducción: «lo único intraducible es la música», sin embargo, hay que respetar el poema original en su sentido, «se puede hacer de mil maneras, jugar con él, ser creativo o aburrido, literal. Se pueden trasladar las formas y su estructura». Ésa es otra de las claves del proyecto, «no tratamos de imitar una lengua, no hay manera de hacerlo», una lección sobre su labor de traducción. El objetivo es «lograr que nazca el poema en otra lengua».
Usando recursos de esos indiciados en las palabras, que ha aprendido, creado y descubierto durante décadas dedicadas a escribir poesía y su traducción, porque no hay comparación entre el inglés abundante en monosílabos, al español que es una lengua de esdrújulas, o de las lenguas sajonas que se encapsulan a las lenguas latinas que se abren. «Todos los traductores tenemos nuestra combinatoria, nuestra magia personal que no vamos a comunicar», después de tantos años de mover el abanico, como expresa.
De nuevo recita frases en alemán y enseguida unos versos de Sor Juana, haciendo latente ese placer del sonido de las palabras, unas que se cierran y otras que se abren, como en un jardín de capullos frente al sol. «Su música es muy distinta, hay que ser muy consciente de ello al emprender una labor como ésta», advierte.
La música de las palabras de Resonancia se podrá escuchar de viva voz hoy a las 18:30 horas durante la presentación del volumen en la librería Rosario Castellanos (Tamaulipas 22, colonia Condesa).
«Es la corona de nuestras carreras, fue una labor conjunta maravillosa y divertida». La clave final es la grabación, donde siempre el poema original aparece primero, con un hilván casi invisible entre autores aparentemente distantes en dos lenguas, con temas universales, como hermanos siameses al otro lado de la lengua, voz femenina en español de Pura López Colomé, el hermano masculino en inglés por Alastair Reid.
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