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El compositor mexicano en una imagen de 2009. (Foto: María Luisa Severiano)
C iudad Juárez, Chihuahua, 15 de agosto 2011. (RanchoNEWS).- Existen muchos motivos por los que en México no se programa más música contemporánea. Antes que nada, consideró el reconocido compositor Federico Ibarra (ciudad de México, 1946), a los propios directores de orquesta mexicanos les debe gustar la música de su país para interpretarla con más frecuencia. Una nota de Carlos Paul para La Jornada:
El maestro Ibarra participó en el ciclo Compositores Mexicanos Contemporáneos, cuyas sesiones se llevan a cabo el segundo jueves de cada mes en la Fonoteca Nacional; su propósito es dar a conocer el proceso creativo de importantes músicos nacionales.
Coordinado por Theo Hernández, en esta ocasión se pudo apreciar parte de la versátil expresión musical del maestro Ibarra, uno de los más destacados compositores del país.
«Ojalá que la música mexicana se escuchara con mucho más frecuencia y no sólo en septiembre, en el mes patrio, en el que escuchamos tanto huapango repetido y a los compositores de siempre», comentó el reconocido músico.
«No sé cómo se puede remediar eso o qué hay que hacer para que cambie la situación. Desearía que a los directores mexicanos y responsables de una orquesta les gustara la música de su país, y la que se compone en la actualidad, pero no puede haber una ley que diga: ‘Se tiene que tocar una obra mexicana en cada concierto’. Como dice el dicho: ‘a fuerza ni los zapatos entran’.»
Como compositor, el maestro Ibarra comenzó a mostrar su trabajo en la década de los 60, junto a músicos como Mario Lavista, Julio Estrada, Leonardo Velázquez y Manuel Enríquez.
Se formó en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México. Alumno de Jean-Étienne Marie, fue becado por Radio Universidad y la Radio Televisión Francesa en París y en España. Ha participado en múltiples festivales nacionales e internacionales y ha integrado diversos grupos de música de vanguardia.
Su obra, se dijo en la presentación: «se aleja un tanto de sus contemporáneos, debido a que el conocimiento de la tradición del siglo XX y la formación de su propio estilo se deben a un proceso de reflexión e introspección disciplinadamente sostenido, y no a la pertenencia a alguna de las vanguardias».
Durante casi dos horas, se mostró la producción musical del maestro. Desde sus primeras y destacadas partituras, sus cantatas, música de cámara, algunas sonatas y obras corales, hasta sus composiciones operísticas.
Además de los comentarios de Theo Hernández y del maestro Ibarra sobre las circunstancias y el proceso creativo de cada partitura, se escucharon fragmentos de obras como Los cinco misterios eleusinos, composición inspirada en la obra de Remedios Varo y Leonora Carrington, y Canción de cuna, que refleja el universo sonoro más íntimo y delicado del compositor. Entre las obras corales compuestas por el maestro Ibarra se escuchó Trópico para qué me diste las manos llenas de color, poema de Carlos Pellicer. En cuanto al género operístico se seleccionó un fragmento de Antonieta, un ángel caído.
La siguiente sesión tendrá lugar el jueves 8 de septiembre, con el maestro Mario Lavista y Theo Hernández.
Mayor información: Federico Ibarra
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