C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de enero de 2017. (RanchoNEWS).- El próximo 17 de febrero se cumplirá el primer aniversario de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez. El señor Jorge G. Ponce nos comparte su experiencia en el evento en este texto:
Los grupos católicos que se reunen cada domingo y lunes en el templo de la Sagrada Familia en El Paso, Texas, fueron convocados para formar parte de una valla humana para controlar al público que recibiría al Papa Francisco en las calles de Ciudad Juárez.
Organización
Cerca de 150 personas fuimos escogidas de los individuos asiduos a las misas y nos dotaron con una camiseta blanca, con lemas e imágenes de la visita, así como con una cachucha roja, blanca, y amarilla, para distinguir a los diferentes miembros de la valla y su papel a cubrir para ese evento.
Primeras juntas
Nos citaron a una reunión 24 días antes del evento en un comedor, y quienes nos comprometimos a formar parte de la valla de protección fuimos instruidos de lo que se iba a esperar de un publico totalmente desconocido y su comportamientos ante esta visita.
Entrenamiento en la Plaza de la Mexicanidad y en la Megabandera
Dos camiones con capacidad de 65 personas cada uno fueron necesarios para ese entrenamiento, en el cual recibimos las instrucciones en el terreno de la valla, pues sería el sitio por dónde pasaría el Santo Padre y era necesario reconocer dicho terreno, así como entrenarnos en la rápida protección al llegar nuestro visitante. En ese entrenamiento caminamos como 3 kilómetros para estar al tanto de lo que sería nuestro papel de protección. Aunque era sólo un ensayo salimos bastante cansados después de 3 horas de explicación y sol candente (aunque estaba frío el día) que sellaron el simulacro y volvimos a casa.
Martes 16 de febrero de 2016
Nos citaron a las 20:00 horas en el parque Tobin, ubicado en la calle Railroad y Hondo Pass de El Paso Texas. Como a ls 19:20 horas llegaron los camiones misioneros. Abordamos y a las 20:10 salimos para Juarez. Más de 150 personas iban en ese viaje. Llegamos al puente del centro a las 21:00 horas. La revisión de nuestro equipaje tomó casi 30 minutos y observamos que la vigilancia estaba por doquier, ya que habia grupos de 3 o 4 camionetas con 5 agentes cada una armadas de pesados rifles de alto poder por todo el camino.
Llegada al lugar donde pernoctaríamos
Cerca de las 22:00 horas empezamos a descargar las maletas chicas, sacos de dormir y otras pertenencias, a esa hora ya debíamos de tener todos camisetas y gorras. Una reunión para dar las últimas instrucciones a su grupo por parte de Roberto y Julissa, así como la señora Ortiz que dirigía las lista de los grupos.
Dormimos de las 23:00 horas a las 3:00 y para las 3:45 empezamos la marcha hacia el punto de llegada y lugar donde ya estaban unas cercas de metal, habíamos entrenado cadena de manos para cerrar el acceso de las personas al camino de llegada pero la cerca de metal de 1 metro y medio iba a facilitar las cosas.
Llegamos al lugar donde había 2 líneas de metal y estaríamos atrás de ellas solamente vigilando que no hubiera sucesos fuera de lo común. Los que formábamos el grupo empezamos a tomar posición en donde nos indicaban nuestros líderes
Ya eran las 4:30 horas y habíamos caminado casi 40 cuadras desde la avenida Hnos. Escobar (o Mejía) hasta la Costa Rica y luego al Camellón rumbo a la Mega Bandera.
Los grupos de otros templos y diferentes asociaciones ya estaban también llegando y tomando sus lugares como nosotros.
Para entonces había mucho personal de Seguridad Municipal y grupos de federales, como también de Guardias Presidenciales caminaban por los interiores de las vallas formando un grupo de cadetes del mismo grupo, acomodando un elemento cada 10 metros y cuyos comandantes revisaban cada 30 minutos por novedades y «cuadrándose» con saludos tipo militar y contestando: «sin novedad»
Para las 10 de la mañana el cansancio era notable en nosotros y en el público que empezaba a llenar los espacios vacíos y que se acercaba a nosotros para solicitar informacion de la línea, en específico hasta dónde podían estar de pie lo más cerca y sacar fotos.
Llego el mediodía y los «burritos» empezaron a salir de nuestras loncheras, el café duraba unos minutos caliente y luego su tibieza aliviaba nuestros congelados cuerpos, pero no se escuchaba ninguna queja.
Ambulancias, camiones de bomberos y camiones del ejército pasaban a cada rato, también motocicletas de diferentes direcciones como tránsito policia y motos de periodistas llegaban y regresaban por la calle bloqueada por nuestras vallas de contencion.
Las 15:00 horas y sólo nos daban noticias de que el Santo Padre estaba en el Cereso o en otra parte de visita y que para las 16:00 o 16:30 horas empezaría la misa
Después se supo que la misa empezó más tarde porque el Papa estaba cansado y habia dormido un poco, así que la misa sería unos 15 minutos más tarde de lo que se había programado
Al fin el esperado momento llegó. Un cadete, que estaba frente a nosotros y tenía la vigilancia de ese punto, nos avisó que estaba a unos minutes de nosotros el Papamovil, el cual se apareció y con una velocidad muy rápida, pasó por enfrente de nosotros y pocos pudimos fotografiar su carro pues la velocidad era poco común a otras llegadas en diferentes visitas.
La misa empezó después de la bendición de la Cruz del Migrante
Julissa, Selene y yo (Jorge G. Ponce) dejamos el sitio de vigilancia a cargo de otros compañeros y nos dirigimos a la Misa, durante ésta se suscitó una discusión pues el vendedor que pasó gritando su mercancía fue acallado por un señor que le decía con voz alterada: ¡Cállate y respeta esta Santa Misa!!!
El vendedor lejos de callar le contestó con voz también fuerte que con qué derecho lo corría.
Yo intervine parándome en medio de los dos personajes, diciéndole al vendedor que se retirara y dejara seguir oyendo la misa, el muchacho aceptó a regañadientes y se fue.
Después supe que el hombre era un Caballero de Colón, cuyos miembros son respetables y observadores de una fuente creyente y de cultura muy respetable.
Terminando la misa (ya casi a las 18:00 horas recibimos órdenes de regresar a donde estaban los camiones. Durante ese momento las calles estaban completamente llenas de personas que caminaban a sus autos o a sus puntos de regreso. Tuvimos que caminar pegados a nuestros compañeros de adelante formando dos filas y con lámparas para mostrar los cambios en las banquetas y calles semi destruidas Llegamos al punto de partida casi a las 20.30 horas para abordar los camiones y organizar nuestras pertenencias en los camiones.
Aduana norteamericana, Puente de Córdova, 21:15 horas
Cuando llegamos al puente esperábamos una fila gigantesca, pero solamente había 2 automóviles adelante de nuestros camiones. Con gran sorpresa el líder de nuestro grupo nos anunció que los inspectores norteamericanos de la aduana nos dejarían quedarnos en nuestros asientos y sólo nuestra declaracion de alguna posesión de licor o fruta sería indispensable para dejarnos cruzar. Para las 21;25 horas ya íbamos rumbo al Parque Tobin a recoger nuestros automóviles.
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