Andy Warhol (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de abril de 2022. (RanchoNEWS).- La nueva biografía sobre Andy Warhol escrita por Jean-Nöel Liaut obliga a plantear una pregunta de partida: ¿queda algo más que decir sobre el icono y líder indiscutible del arte pop? La respuesta solo puede ser afirmativa. Y así lo es por dos motivos principales: de un lado, las propias características del «personaje Warhol», más proclive a trazar una biografía de interrogantes que de respuestas; y, de otro, la fortuna histórica de su obra, que, en la actualidad, parece haber alcanzado un nuevo pico de éxito.
Con respecto al primero de los aspectos señalados –atinente al «personaje Warhol»–, hay que afirmar que la suya fue la historia de un solitario en el epicentro de los excesos de la fama. Conforme Warhol dejaba de ser un cotizado ilustrador de revistas como Vogue o Harper’s Baazar para convertirse en el gran icono cultural de los 60, la necesidad de construir un personaje que le sirviera de pantalla y le protegiera del voraz ecosistema generado a su alrededor se hizo apremiante. Una peluca plateada que ocultara su calvicie, gafas de sol con cristales oscuros e impenetrables, una delgadez extrema asegurada a base de pastillas y una piel pálida –casi vampírica– reforzada por una capa de maquillaje facilitaron un efecto de distanciamiento con respecto a todo lo que le rodeaba que agigantó la mística y el misterio de su personalidad.
Una nota de Pedro Alberto Cruz para La Razón