'Eros', Daido Moriyama. (Foto: RanchoNEWS)
'La Prostituta' (1958), Shomei Tomatsu. (Foto: RanchoNEWS)
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iudad Juárez, Chihuahua. 18 de agosto de 2024. (RanchoNEWS).- En una pequeña sala del Museo Carmen Thyssen de Málaga se abre una brecha espaciotemporal que lleva al visitante a descubrir las esquinas más ocultas de Japón en los años 50. Allí se reúnen las principales aportaciones de los fotógrafos japoneses de la generación de la posguerra mundial. Las imágenes muestran el frenesí urbano, los enfrentamientos sociales, el despliegue de la tradición, los cuerpos desnudos, todo aquello que Japón estaba transitando. Ese periodo lleno de conflictos y contradicciones se revela ahora a través de sus fotografías, escribe Angelica Francesca Rimini
en El Cultural.
Material provocativo para pensar recorre la mejor fotografía japonesa de la segunda mitad del siglo XX. La exposición, dividida entre la Sala Noble y el Espacio de ArteSonado, reúne más de 150 fotografías procedentes de la Colección José Luis Soler Vila, la más importante en manos privadas fuera de Japón. Los fotógrafos japoneses de las décadas de 1950, 1960 y 1970 marcaron profundamente la mirada de un país en tránsito.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el país sufrió una profunda transformación social y un creciente e imparable despegue económico. Fue una época marcada por el trauma de la derrota y una fuerte crisis identitaria que se escenificó en el violento choque entre las costumbres milenarias y la súbita modernización. Estos fotógrafos, inconformistas y radicales, rechazaron la fotografía directa, documental y objetiva como lenguaje adecuado para capturar la nueva realidad nipona.