.
El director español. (Foto: Sergio Enríquez)
C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de diciembre de 2009. (RanchoNEWS).- Liz Perales de El Cultural entrevista en Madrid a Julián Pastor con motivo que ha completado la trilogía de Brian Friel con el estreno en La Guindalera de Bailando en Lughansa; además de presentar en el Corral de Alcalá de Henares Historia del soldado, de Ramuz:
En la órbita de los pequeños teatros que hay en Madrid, y que no son muchos, hay uno que se ha erigido en los últimos años en reducto para los aficionados caprichosos. La Guindalera es una sala pequeñita, un negocio familiar dirigido por el matrimonio Juan Pastor y Teresa Valentín-Gamazo quienes, con una constancia voluntariosa, se han empeñado en hacer el teatro en el que creen.
La pareja fundó hace diez años compañía y desde hace seis se trasladó a la calle Martínez Izquierdo (en Diego de León) para abrir la sala, de unas 90 butacas. «Trabajamos sin medios, incluso invirtiendo en ella lo que ganamos fuera. Si viene por la mañana, lo más probable es que me vea con un martillo deshaciendo una escenografía, porque aquí todos hacemos de todo». Todos son cinco personas estables, mientras la compañía crece o decrece según los montajes que Pastor dirige cada temporada y en los que también suele figurar su hija, la actriz María Pastor.
Ahora las cosas les van bien. El programa El ojo crítico, de RNE, les ha concedido el Premio de Teatro 2009 y sus producciones comienzan a girar fuera de la sala madrileña, como Historia del soldado, que se ha programado este fin de semana en el Corral de Alcalá. Además, el Ayuntamiento de Madrid les ha concedido una pequeña subvención, algo que hasta la fecha les había negado porque, explica, «las subvenciones a salas premian la exhibición de espectáculos, debes programar un número de funciones al año como mínimo. Y nosotros somos un centro de producción, no podemos comprometernos a hacer más de dos o tres obras al año».
Precisamente, signo de distinción de La Guindalera es ser uno de los escasos centros de creación independientes de Madrid. En la defensa de que el teatro es, sobre todo, «un buen texto, contemporáneo o clásico, y un equipo de actores», Pastor ha levantado obras de autores tan diversos como afines: El sueño de una noche de verano, de Shakespeare (2004), La larga cena de NavidadLa larga cena de Navidad, de Thorlton Wilder (2004), Proceso por la sombra de un BurroProceso por la sombra de un Burro, de Dörrenmatt (2004), Laberinto de AmorLaberinto de Amor, de Cervantes (2005), En torno a La GaviotaEn torno a La Gaviota, de Chejov (2005) o TraiciónTraición, de Pinter (2007). Y sobre todo ha contribuido a difundir a Brian Friel, uno de los grandes de la dramaturgia irlandesa vivo, a quien en su país y también en Edimburgo le han homenajeado este año por su 80 cumpleaños, pero que apenas es conocido en el nuestro.
«Pensamos hacer un ciclo de tres obras suyas que, en realidad, lo tendríamos que haber completado el año pasado pero que, por falta de medios, no pudimos. Hemos montado El juego de YaltaEl juego de Yalta (2007) y Molly Sweney (2008) y ahora Bailando en LughansaBailando en Lughansa, la más importante». La obra habla de la necesidad de mantener vínculos con nuestro pasado, pero también de las cargas que heredamos y nos aprisionan, y ofrece «un interesante retrato de las mujeres irlandesas del 36, del contraste entre el mundo rural y el urbano». En su admiración por Friel, Pastor llega a decir que es el autor contemporáneo que más le gusta. «Demuestra un gran conocimiento del alma humana y, por otro lado, aborda los conflictos de una forma muy cálida y tierna, muy en línea con Chejov. También se preocupa por la forma, pero de una manera contenida».
El ideal del director es, sin embargo, llevar a escena las obras con la presencia del autor. Así nació Animales Nocturnos, de Juan Mayorga (2003).
«Fue un trabajo práctico en el que Juan participó en los ensayos y fue reescribiendo el texto. Vamos a repetir la experiencia con Ignacio Amestoy y su obra La última cena. Pero hacerlo así es muy difícil, no tenemos medios. Tenga en cuenta que nuestras producciones son baratas, muy caseras, cojo cachos de escenografías y los transformo. En realidad, trabajamos con despojos, pero siempre manteniendo unos niveles de calidad».
Uno de los pilares de la sala es el programa de creación de audiencias que ha puesto en marcha con la Comunidad de Madrid, Tras Teatro. Funciona desde el año 2000 y consiste en adaptar obras clásicas para chavales de 12 a 18 años y llevarlas por los colegios. Con la Obra Social Caja Madrid dirigen un proyecto similar, Entra en Escena. Hasta el año pasado en La Guindalera se ofrecían clases de entrenamiento para actores, pero Pastor se jubiló como profesor de interpretación en la Escuela de Arte Dramático (Resad) y decidió dedicarse por entero a la dirección. Formado con William Layton, ha sido un defensor del método de Sanford Meissner, aunque es escéptico al respecto: «Hemos pasado de creer que la formación en un actor no era necesaria a una obsesión por los métodos. Creo que la metodología sirve para enriquecer las capacidades del actor y su intuición, pero no hay fórmulas mágicas».
REGRESAR A LA REVISTA