Portada de la novela. (Foto: Archivo)Ciudad Juárez, Chihuahua. 4 de agosto 2010. (RanchoNEWS).- A simple vista, La noche de los tiempos (Seix Barral) es uno de esos libros que por tamaño y peso (casi mil páginas) harían recular a más de uno. Sin embargo, la historia atrae desde el principio y el lector se bebe las páginas. Antonio Muñoz Molina retrata en esta novela el verano madrileño de 1936 en el que estalla la Guerra Civil y como consecuencia el drama del exilio. Una nota de Fátima Cruz para El País:
Quizá le parezca muy pesado para llevar en la maleta. Pero si abre la primera página en el momento de subir al avión, seguro que no lo suelta hasta el final. Es lo que ocurre con las buenas historias. «Pocos libros de mil y pico páginas se leen de un tirón», admite Luisa Castro. Para la escritora gallega, La noche de los tiempos es toda una «lección de historia y literatura. La Guerra Civil española desde una visión desfanatizada».
El protagonista de la novela es un joven arquitecto madrileño, Ignacio Abel, que viaja a Estados Unidos antes de comenzar la guerra, dejando en España a su mujer y su hija. El presente y el pasado se entremezclan en la narración y durante el trayecto hacia Pensilvania, donde va a colaborar en una universidad, recordará el romance secreto con una americana residente en la capital y el ambiente prebélico que se vivía entonces en sus calles. Tomando como base la vida de Abel, Muñoz Molina reconstruye toda una sociedad y refleja los problemas y los sentimientos a los que se tuvieron que enfrentar quienes vivieron una de las épocas más convulsas de la historia de España.
El escritor y académico describe con tal realismo las escenas de la novela que es capaz de trasladar al lector a ese mismo momento como si lo presenciara realmente. Hay dos datos en la historia que ligan inevitablemente a su protagonista con el escenario del asedio a Madrid. Uno es la Residencia de Estudiantes, punto de partida de la novela y foco de modernidad y cultura a principios del siglo XX. Salvador Dalí, García Lorca o Severo Ochoa pasaron por sus aulas. Otro es la Ciudad Universitaria, de la que Abel es arquitecto y donde se instaló la defensa de Madrid.
Carme Riera, escritora y catedrática de Literatura Castellana en la Universidad Autónoma de Barcelona, también ha disfrutado mucho con el libro, uno de sus favoritos. No obstante, piensa que es «ingenuo» recomendar a autores de esta talla, ya que rara vez no cuentan una buena historia.
Muñoz Molina siempre se mostró humilde ante el reto de recrear una época en la que no había vivido . Sin embargo, tres años de documentación dieron como resultado un libro muy fiel a las circunstancias que está siendo un éxito literario. Como lo describe Luisa Castro: «envolvente y de pulso admirable». Habrá que comprobarlo.
REGRESAR A LA REVISTA
