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Hacia la torre, de Remedios Varo. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de noviembre de 2014. (RanchoNEWS).-«Vamos, que tengo reservada mesa para cenar», lanzó en broma la puertorriqueña Gabriela Palmieri, conductora de la primera de las tres subastas de arte latinoamericano que se celebran estos días en la casa Sotheby’s de Nueva York, después de fijar un precio de martillo de 509.000 dólares por un autorretrato del mexicano David Alfaro Siqueiros. Quedaban todavía por subastar 19 de los 40 lotes de la colección del fallecido magnate mexicano Lorenzo Zambrano, una de las mejores del continente, en una noche de récords que dejó, también, un cierto sabor agridulce. Reporta desde Nueva York para El País Vicente Jiménez Navas.
La subasta, la mayor jamás realizada de arte latinoamericano de un solo coleccionista y la que más dinero ha recaudado hasta el momento (17,6 millones de dólares), permitió vender el 85% de los lotes y estableció récords de cotización en doce de los artistas representados, la mayoría de ellos de la primera mitad del siglo pasado. Dos mujeres, la española naturalizada mexicana Remedios Varo y la inglesa nacionalizada mexicana Leonora Carrington, protagonizaron la noche.
Hacia la torre, de Varo, una de las mejores obras de la colección, se vendió por 4,3 millones de dólares, muy por encima del precio estimado (2,5/3,5 millones), tras una ardua y emocionante batalla entre tres pujadores. Es el segundo precio más caro alcanzado por una artista latinoamericana en una subasta. El récord lo tiene la también mexicana Frida Kahlo. Las tentaciones de San Antonio, de Carrington, fue adquirido por 2,6 millones.
El «accidente» de la noche, como lo calificó el comisario de arte latinoamericano de Sotheby’s, Axel Stein, lo protagonizó la obra más importante de la colección Zambrano, el monumental mural Río Juchitán, de Diego Rivera, formado por cuatro bloques que no pudieron ser exhibidos en Nueva York. La obra no se vendió, en virtud de la potestad de la casa de subastas de negarse a ello si las ofertas no alcanzan el precio de reserva fijado con los vendedores. El precio de reserva de Río Juchitán estaba por encima de los 6 millones de dólares. La puja más alta fue de 4,9 millones.
Una circunstancia similar sufrió otra de las maravillas del catálogo, Naturaleza muerta, de Rufino Tamayo. Su precio estimado estaba en torno a los 4 millones, pero la puja más alta se quedó en 2,4. El traspié de estas dos obras maestras hizo que la recaudación total se quedará en 17,6 millones de dólares, cuando Sotheby’s había calculado estar por encima de los 30 millones. También quedaron sin colocar obras de menor valor de María Izquierdo, Fernando Botero y Javier Marín. En total se vendieron 34 de los 40 lotes. A esta primera subasta, titulada Una visión de grandeza, sucederá otra de la misma colección en mayo con unas 30 obras más.
«Me siento satisfecho. En las actuales circunstancias, ha sido una buena subasta. Y el mural de Rivera lo venderemos más adelante, estoy convencido. El problema hoy es que tenía un tamaño demasiado grande para los clientes que han concurrido», explicó Stein. «En cualquier caso, hemos sido testigos de una venta histórica, con coleccionistas luchando por hacerse con una parte de la maravillosa colección Zambrano, llena de tesoros de la mitad del siglo pasado, obras maestras del surrealismo y la mayor colección de autorretratos de artistas latinoamericanos nunca vista en una subasta», añadió.
Entre los artistas que vieron su cotización muy mejorada están Rodolfo Nieto (La raison du plus fort), Tomas Sánchez (Meditador y laguna escondida en el bosque), Rodolfo Morales (Canasta de flores), Julio Galán (Naturaleza muerta), Ángel Zárraga (Futbolistas en el llano), Carlos Mérida (Autorretrato), Ana Mercedes Hoyos (Mural en tres partes), Armando Morales (Selva Tropical), Jorge González Camarena (Proyecto para el mural de la Constitución de 1917), Juan Soriano (Retrato de Lola Álvarez con Juan Soriano niño) y Roberto Montenegro (Autorretrato en bola de cristal). Algunas piezas del primer lote, obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, son consideradas patrimonio nacional mexicano, por lo que fueron vendidas a coleccionistas radicados en México.
Stein considera que la legislación mexicana es un una «cárcel» para el arte. De hecho, la ley federal mexicana sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas va en contra, según afirma el comisario de Sotheby’s, de la UNESCO y su ley de libre circulación de obras de arte.
La mayor parte de las obras fueron adquiridas ayer por coleccionistas de Estados Unidos, México, Canadá, Inglaterra, Venezuela y Colombia. Ninguno de ellos quiso desvelar su identidad.
Lorenzo Zambrano, expresidente de Cemex, una de las mayores cementeras del mundo, fallecido el pasado mes de mayo en Madrid de un ataque al corazón en pleno viaje de negocios, poseía una de las mejores colecciones de arte de América Latina. El magnate, una de las principales fortunas de México, atesoró obra de artistas del siglo XX. Para los críticos, la colección tiene un hilo conductor indiscutible: la profundidad y espiritualidad del ser humano.
Además del gran mural de Diego Rivera, destacan pinturas y una escultura de otro mexicano, Rufino Tamayo, y obras de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, u otros como Roberto Montenegro o Juan Soriano. Se incluyen piezas de extranjeros del siglo XIX, como el estadounidense Conrad Wise Chapman. Además, se subastaron obras de los cubanos Wilfredo Lam y Tomás Sánchez, los colombianos Fernando Botero y Ana Mercedes Hoyos, el venezolano Armando Reverón, el chileno Claudio Bravo, el nicaragüense Armando Morales y el guatemalteco Carlos Mérida.
Zambrano no estaba casado ni tenía hijos, por lo que las ganancias de las subastas irán a parar a su familia. Entre sus principales pasiones estaban la de coleccionar arte y apoyar al mundo de la cultura, principalmente, en su ciudad natal Monterrey, donde era miembro del consejo del Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad. Junto a su amigo Gabriel García Márquez creó el premio que otorga la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano del también fallecido escritor colombiano. Gabo llamaba a Zambrano Lorenzo El Magnífico.
Por su parte, la casa Christie's ofreció el lunes la primera de dos jornadas consecutivas de subastas de arte latinoamericano. La mejor obra era la del mexicano Ramos Martínez, Mujer con flores, con un precio estimado entre 2 y 3 millones de dólares. Se colocó por 2.millones.
Christie's también vendió un lote de dos enormes estatuas de bronce del colombiano Fernando Botero, Adán y Eva. Se vendieron por 2.5 millones de dólares, un récord mundial del artista en una subasta. Un óleo de Botero, Homenaje a Bonnard, con un precio estimado entre 800.000 dólares y 1,2 millones, no fue vendido porque no alcanzó el valor mínimo previsto. La primera jornada de la subasta de arte latinoamericano de Christie's se cerró con un total de ventas de 20,18 millones de dólares.
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