Rancho Las Voces: Fotografía / Irving Penn, sin permiso para crear
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viernes, febrero 12, 2021

Fotografía / Irving Penn, sin permiso para crear

Girl Behind Bottle (Nueva York, 1949), fotografía de Irving Penn. (Foto:THE IRVING PENN FOUNDATION)

C iudad Juárez, Chihuahua. 10 de febrero de 2021. (RanchoNEWS).- El único encuentro entre Irving Penn (1927-2009) y Miles Davis ocurrió en 1986, en la Quinta Avenida de Nueva York, donde tenía su estudio el fotógrafo. Había sido contratado para fotografiar la portada de Tutu, el álbum que el legendario trompetista dedicó al arzobispo sudafricano. Davis llegó acompañado de un peluquero. Ignorando por completo a Penn, pasó un buen rato acicalándose antes de posar delante de la cámara. «¿Puede quitarse las gafas?», le pidió el fotógrafo. El compositor accedió. «¿Puede quitarse el jersey?», y también lo hizo. «¿Le importaría esta vez quitarse las cadenas y sortijas de oro?», le sugirió mientras se percataba de las increíbles manos del músico. Después de una hora, finalizada la sesión, Davis se levantó apresuradamente y le besó en la boca.

La anécdota subraya el mantra minimalista del artista, su «menos es más», así como su objetivo: aproximarse al lado más humano del personaje. La recuerda Jefferson Hack, director creativo, fundador de Dazed Media y comisario, durante una charla organizada por la Pace Gallery de Nueva York, titulada On Radical Modernism, Photographism and Irving Penn. La conversación, a través de internet, tiene lugar con motivo de la exposición Irving Penn: Photographism. Una muestra compuesta por 30 imágenes, acompañadas por bocetos preparatorios, notas y otro tipo de documentos, que resumen el quehacer de este revolucionario artista, desde 1939 hasta los primeros años del siglo XXI. Obras que contribuyen a articular un término acuñado por el propio fotógrafo, photografism, con el fin de subrayar la simplificación y la claridad que definen su estilo, fruto, a su vez, de la asimilación y el cruce, sin jerarquía, de distintos medios y del arte de todas las eras. Una mirada que acortó las distancias entre el mundo editorial, el de la moda y el artístico como ninguna otra lo había logrado hasta entonces, a través de un lenguaje que redefiniría el uso de la luz, del espacio, de los fondos, de la forma y del detalle.

Gloria Crespo Maclennan publica en El País