C iudad Juárez, Chihuahua. 16 de febrero de 2021. (RanchoNEWS).- Las directrices generales del semáforo pandémico señalan que los museos en México pueden abrir cuando se alcance el color amarillo, algo que no ha ocurrido desde que se inició el regreso a la nueva normalidad en la primavera del año pasado. Sin embargo, en la Ciudad de México, con el color naranja se les permitió reanudar su actividad hace unos meses. La segunda ola los volvió a cerrar, y así siguen a pesar de que los comercios, restaurantes, gimnasios, iglesias, teatros y parques tienen acceso al público con más o menos restricciones. ¿Por qué los museos no? «Es inexplicable, tenemos mejores condiciones que muchos comercios para recibir al público, deben dejarnos decidir. Y es grave que se nos vete el acceso a bienes culturales», se queja Dolores Beistegui, directora general de Papalote Museo del Niño, un centro privado que está pasando por un terrible ahogo económico que amenaza cierre.
Cada fin de semana, uno puede ir a la iglesia (que nunca cerraron, aunque ahora se decrete su apertura), comprar una camisa o un pantalón, comer en restaurantes y cumplir con la actividad deportiva. Pero no se puede alimentar el espíritu cultural. «No hay ninguna lógica científica para ello», dice Héctor Raúl Pérez Gómez, director de la división de disciplinas clínicas en integrante de la sala situacional por la covid en la Universidad de Guadalajara. «Los museos suelen ser espacios muy grandes donde no acuden conglomerados de personas, como sí ocurre en otros espacios. Además, se suele estar en silencio, una buena condición para no propagar el virus, y no se toca nada. Pueden programar las visitas y cumplir con un aforo. No hay razón para su cierre», insiste este experto en infectología.
Carmen Morán Breña reporta para El País