miércoles, noviembre 17, 2004
El público, prioridad en nuevo rostro del Moma
El Museo de Arte Moderno de NY abarca ahora una manzana entera y seis plantas
Noelia Sastre/Corresponsal
El Universal
Miércoles 17 de noviembre de 2004
NUEVA YORK. Es el lifting definitivo. El Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma) inaugurará el sábado su rehabilitada y ampliada sede de Manhattan tras una inversión de 425 millones de dólares (parte de una campaña que asciende a 858 millones) y tres años y medio de obras. Y lo hace 75 años después de abrir sus puertas, cuando ocupaba una pequeña planta en un cercano edificio de la Quinta Avenida.
Desde entonces no sólo se ha convertido en uno de los mejores museos del mundo, con una impagable colección consagrada al arte del siglo XX. También ha pasado por varias renovaciones en 1939, 1951, 1964 y 1984 hasta llegar a su nueva, ligera e inmensa estructura actual, obra del arquitecto japonés Yoshio Taniguchi.
"Un laboratorio donde el público era invitado a participar en el arte de nuestro tiempo, así describieron esta sede en 1939, cuando fue inaugurada", dijo Glenn D. Lowry, director del Moma.
"Taniguchi ha tomado la metáfora del laboratorio y ha diseñado un museo abierto a la ciudad", explicó en una enorme sala con fotografías que detallan la transformación desde que comenzaron las obras, en la primavera de 2001, un año antes de trasladar la colección al Moma Queens, donde estuvo hasta el pasado septiembre.
"Mi objetivo era crear un proyecto para el público y el arte en lugar de una determinada expresión arquitectónica", añadió el arquitecto que fue elegido en un concurso internacional en 1997.
El museo ocupa por primera vez una manzana entera, con dos puertas principales de entrada conectadas por el lobby y seis plantas, la última dedicada a exposiciones temporales. Con la reforma ha pasado de 7 mil 900 a 11 mil 600 metros cuadrados de espacio expositivo repartidos en una superficie total de 58 mil 500 metros cuadrados, además de un renovado jardín de esculturas que también es 20 por ciento más grande y que conecta el museo con la ciudad. En el centro de investigación previsto para 2006 se instalará el archivo, la biblioteca y un teatro con capacidad para 110 personas.
"La reapertura marca una nueva era para el Moma, donde las jóvenes generaciones aprenderán y disfrutarán del arte moderno y contemporáneo. Este edificio nos permitirá articular mejor nuestra misión, siempre ligada a los caminos de la innovación", comenta Lowry sobre el edificio, con fachada remozada en la calle 53 y otra de nuevo diseño en la 54.
La creación de Taniguchi combina cristal, granito, aluminio, mármol y luz natural en todas las salas y el atrio, pieza clave de este Moma del siglo XXI.
Con 33 metros de altura, el atrio alberga la escultura de Barnett Newman Broken Obeslik, los Nenúfares, de Monet y trabajos de Willem de Kooning, Jasper Johns o Brice Marden, y da paso a la segunda planta dedicada a las galerías de arte contemporáneo. El mejor ejemplo, según sus responsables, del "compromiso del Moma con el arte de nuestro tiempo" gracias a sus techos de siete metros que permiten exhibir trabajos a gran escala. Las salas de arquitectura, diseño, dibujo y fotografía están en el tercer piso, mientras que el cuarto y el quinto se dedican a pintura y escultura.
El sábado abrirá hasta las 10 de la noche, con entrada gratuita (a partir de ahora costará 20 dólares) y un programa de cine titulado Made at Moma que propone cintas relacionadas con el museo, entre ellas Shadows, de John Cassavetes o Manhattan, de Woody Allen.
Además, la primera exposición temporal repasa nueve museos realizados por al arquitecto japonés. Yoshio Taniguchi (Tokio, 1937) ha proyectado muchas y muy diferentes estructuras en su país en los últimos 25 años, incluyendo museos, bibliotecas, gimnasios, colegios, escuelas, hoteles, un acuario y una casa de té. Se ha volcado durante ocho años en la rehabilitación del Moma, su primer concurso internacional, convertido en "un nuevo museo que mantiene su contexto histórico, cultural y social".