viernes, marzo 31, 2006
Muere Salvador Elizondo: Adiós al «gentleman» de la literatura
El cuerpo del escritor en Bellas Artes
Miguel Angel Ceballos
C iudad de México. Viernes 31 de marzo de 2006. (El Universal).- Con elegancia, como siempre se caracterizaron sus escritos, Salvador Elizondo pasó del sueño a la muerte. "Se fue contento", dijo su esposa, la fotógrafa Paulina Lavista, entre otras cosas porque alcanzó a ponerle título al libro que próximamente publicará el Fondo de Cultura Económica (FCE): Pasado anterior, en el que el propio escritor reunió unos 300 artículos publicados en el suplemento cultural Sábado, del unomásuno.
El autor de Farabeuf, una de las novelas fundamentales de la literatura mexicana, recibió ayer un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes, a donde llegaron varios de sus amigos, alumnos y colegas, como Eduardo Lizalde, Carlos Monsiváis, Daniel Sada, Enrique Krauze, Guillermo Sheridan, José de la Colina, Pablo Soler Frost, Emmanuel Carballo, Margo Glantz, Ramón Xirau, Julieta Campos, entre muchos otros que acompañaron a sus hijos Mariana, Pía y Pablo.
Paulina Lavista indicó que Salvador Elizondo dejó 86 soberbios diarios en los que manifestó su espíritu, inquietudes y dibujos. "Escribió en ellos hasta el 27 de marzo, día al que describió como triste y lluvioso. Vivimos juntos durante 38 años y no hubiera cambiado por nada la aventura de estar con él."
La viuda del escritor lamentó que a Elizondo se le hubiera marginado y en los últimos años de su vida permaneciera como un escritor ´empolvado´. "Yo creo que no tuvo en vida el reconocimiento que merecía. Le faltó el Premio de Literatura Juan Rulfo, fue un gran error no habérselo otorgado porque Rulfo era un admirador de su obra. Tampoco fue reconocido con el honoris causa de ninguna institución académica, ni la Universidad Nacional Autónoma de México lo nombró profesor emérito, de manera que sí hubo lagunas en algunas instituciones."
Anunció que por decisión del propio Elizondo, sus diarios no se podrán hacer públicos sino hasta dentro de 25 años y quedarán bajo resguardo del Colegio Nacional, institución de la que formaba parte desde 1981. "Tenía varios cuadernos: uno en su cama, en el que hacía la literatura de sus experiencias o lo que se le ocurría. Estos cuadernos iban acompañados de dibujos, fotos o recortes de prensa, todo lo que a él le interesaba. Tenía otro cuaderno en el jardín, en donde hacía sus apreciaciones cotidianas y ahí describió paso a paso su enfermedad porque sabía mucho de medicina, había leído todo el tratado del doctor Farabeuf y sabía perfectamente lo que le habían hecho, dibujaba su enfermedad y lo tomó con gran elegancia porque nunca se quejó", explicó Lavista.
Tras una estancia de dos horas en una agencia funeraria del sur de la ciudad, el cuerpo de Elizondo fue llevado al Palacio de Bellas Artes, donde escritores como Emmanuel Carballo lo describieron como uno de los más brillantes de la generación de los años 30 del siglo XX, de la cual forman parte creadores como Juan García Ponce, José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis, entre otros.
"Pero la prosa de Elizondo es la más perfecta, es el mejor estilista de su generación, de los grandes escritores mexicanos de los últimos años. Deja una serie de viudas literarias, que son los escritores que lo seguían y los lectores que lo tenían como ídolo de ese culto magnífico", expresó Carballo.
Para el escritor Daniel Sada, alumno de Elizondo, el autor de El Grafógrafo (1972) representa una de las renovaciones definitivas de la literatura mexicana. "Es como extirpar una raíz muy profunda en la cultura mexicana, un escritor para escritores".
Guillermo Sheridan recordó cómo fue su primer acercamiento a la escritura de Salvador Elizondo. "Cuando yo tenía 15 años de edad, en una circunstancia muy curiosa porque pasaba mis vacaciones en el rancho de la familia Madero, en Coahuila, empezaba a leer literatura en español y me llevé la novela Farabeuf de Salvador porque me gustaba el diseño de la serie El volador, de Joaquín Mortiz. No entendí nada. Sin embargo, la dosis de intriga y misterio provocó en mí ser un leal seguidor de la escritura de Elizondo y, eventualmente, el depositario de una amistad noble y elegante."
Consuelo Sáizar, directora del FCE, adelantó que en la editorial ya están trabajando para publicar las obras reunidas de Salvador Elizondo, una colección en la que básicamente se ha publicado el trabajo de la generación de los 30, y en la que Elizondo quería ser incluido.
Para su gran amigo, Eduardo Lizalde, fue el más brillante, ingenioso y sorprendente de su generación. "No creo que haya un escritor tan singular de la generación de Elizondo, en ningún país de lengua española, quitando por supuesto a los grandes maestros como Borges."
El escritor Carlos Monsiváis destacó la inteligencia y excentricidad del Premio Xavier Villaurrutia 1965. "Salvador nunca decía lo que uno esperaba, era un provocador. Todos los amigos de Salvador fuimos coleccionistas de sus provocaciones."
Salvador Elizondo (derecha), con el poeta Octavio Paz Foto Paulina Lavista
Adiós al poeta Salvador Elizondo
Londres (BBC).-Los mexicanos rindieron su último homenaje al autor de El Retrato de Zoe y El Hipogeo Secreto, el mexicano Salvador Elizondo, quien falleció en su residencia de Ciudad de México víctima de un cáncer que lo afectaba desde hace tiempo.
ALGUNAS OBRAS
Farabeuf o la crónica de un instante (1965)
Narda o el verano (1966)
El grafógrafo (1972)
Contextos (1973)
Antología Personal (1974)
Museo Poético (1974)
Oasis (1981)
La luz que regresa (1984)
El poeta, narrador, ensayista y traductor recibió un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes para posteriormente ser cremado.
El diario mexicano La Jornada citó a la esposa del escritor, la fotógrafa Paulina Lavista, a propósito del incidente. "Pasó dulcemente del sueño a la muerte, a los 73 años y como él quería: sin sufrimiento y rodeado de su familia, en su cama".
El escritor nació en Ciudad de México en 1923. Estudió en México, Estados Unidos y Canadá; posteriormente realizó cursos en Inglaterra, Francia e Italia, pasando por las universidades de Ottawa, Perugia, París, Cambridge y La Sorbona.
En 1964 regresó a las aulas pero como profesor de Literatura, luego empezó a enseñar Poesía Mexicana Moderna y Contemporánea.
Alrededor del mundo
Pasó dulcemente del sueño a la muerte, a los 73 años y como él quería: sin sufrimiento y rodeado de su familia, en su cama
Paulina Lavista, esposa de Salvador Elizondo
Se desempeñó como docente en la Universidad Nacional Autónoma de México y como asesor del Centro Mexicano de Escritores.
Sus obras fueron traducidas al francés, al alemán, al italiano e incluso al polaco.
Sus textos también fueron incluidos en antologías estadounidenses e italianas.
Elizondo era miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua desde octubre de 1980.
Elizondo. Foto Paulina Lavista.
Admiración y afecto
ARTURO GARCIA Y FABIOLA PALAPA
Ciudad de México. Viernes 31 de marzo de 2006. (La Jornada) .- La admiración y los afectos que en vida cosechó Salvador Elizondo se hicieron patentes ayer durante los servicios fúnebres del escritor fallecido el jueves.
Destacadas personalidades de la vida literaria y cultural mexicana acudieron a despedir al autor de Farabeuf.
Consultados al respecto, propios y extraños, sin excepción, resaltaron el valor y las aportaciones de su obra, su refinamiento, su erudición, su sentido del humor y su agudeza.
A las 13:15 horas de ayer, minutos antes de que el cuerpo de Elizondo fuera trasladado para un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, quienes acudieron a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas le prodigaron un emotivo y prolongado aplauso que concentraba aquella admiración y afecto.
Su viuda, Paulina Lavista, dijo que la vida al lado de Elizondo fue una aventura a través del conocimiento. Comentó que el escritor dejó 83 cuadernos con sus diarios personales, que se harán públicos dentro de 25 años. Por lo pronto, quedarán bajo custodia de El Colegio Nacional, del cual era miembro.
Por su parte, la directora del Fondo de Cultura Económica (FCE), Consuelo Sáizar, informó que además de la próxima publicación del libro que recoge los artículos publicados en el antiguo unomásuno, editará su obra reunida y un disco con la voz del escritor leyendo parte de su obra.
Lavista agregó: ''Fue mi esposo, mi compañero durante 38 años y quiero decir que no hubiera cambiado por nada la aventura de vivir con él. Me llevó a lo más profundo del conocimiento. Llevamos un matrimonio de gran responsabilidad y mucho respeto para la obra de cada uno. El me aconsejaba, me criticaba, me ayudaba. Fue siempre un hombre tan agudo y tan certero.
''Jamás se vendió a nada, nunca tuvo un puesto público. El vivió solamente de la literatura, de dar clases o escribiendo en los periódicos, y gracias a su madre que le dejó unas casas no tuvimos problemas económicos."
Debió ganar el premio Juan Rulfo
Repartida entre su duelo y las incesantes condolencias que recibía, la fotógrafa accedió generosamente a recordar al autor de libros como Narda y el verano: ''Fue un escritor que estaba un poco empolvado, y me da gusto ver que hoy, al morir, todos lo reivindican, y no puedo más que decir que estoy feliz de haber sido su esposa".
Reiteró lo que dijo anteanoche a este diario: ''murió como un caballero, pasó del sueño a la muerte sin que nos diéramos cuenta, con gran elegancia. En los últimos tiempos sufrió mucho y luchó mucho contra la enfermedad (cáncer), pero nunca se quejó y trabajó prácticamente hasta el último día. Todavía el pasado lunes hizo anotaciones en su diario. Escribió que era un día feo y lluvioso.
''Llevaba su diario en tres cuadernos, uno en su cama, donde contaba lo que le pasaba durante el día y las ideas que se le ocurrían, eso iba a compañado de un dibujo, o de fotos que él tomaba o de recortes de prensa. Tenía otro cuaderno que era el del jardín, donde hacía apreciaciones cotidianas, y creo que también escribía paso a paso sobre su enfermedad, porque sabía mucho de medicina."
-¿Se publicarán esos diarios?
-Se harán públicos 25 años después de su muerte, menos uno, el cuaderno 83, del que me permitió copiar fragmentos para publicar. El resto no, porque como es un diario puede lesionar intereses o lastimar a personas que están vivas.
-Se refirió a Elizondo como un escritor empolvado, ¿cree que no tuvo en vida el reconocimiento que merecía?
-Creo que no. Desgraciadamente le faltó el premio Juan Rulfo, creo que fue un error no habérselo otorgado. Primero porque el propio Juan Rulfo era admirador de su obra, era una admiración mutua. Tres veces perdió ignominiosamente ese premio. Tampoco universidad alguna le dio un doctorado honoris causa, ni siquiera la Universidad Nacional Autónoma de México.
No obstante, de acuerdo con Lavista, en tiempos recientes Elizondo tuvo el gusto de ver cómo se consideraba a Farabeuf.
Por su parte, José María Pérez Gay se refirió a Elizondo como uno de los representantes mayores de ''una generación brillantísima" de escritores mexicanos: ''Marcó a mi generación -de los nacidos entre 1943 y 1945- con Farabeuf, pero también desde Narda y el verano. Desde sus primeros textos se distinguió como un narrador culto y a la vez muy ameno.
''Nunca se quedó en México, en la cultura provinciana. Rasgo distintivo de él fue abrir ventanas para que en México entrara una cultura cosmopolita, universal. Fue un gran especialista en literatura inglesa, como pocos, un hombre de una erudición temible, por así decirlo. Era un gran traductor."
-¿Se le lee como se merece?
-A ningún escritor se le lee como se merece, pero a Salvador Elizondo sí se le ha reconocido. Creo que la intensidad de la lectura de su obra va a ser cada día mayor. Hay escritores que escriben con enigmas para hoy y hay escritores que escriben con enigmas para mañana; Elizondo pertenece a estos últimos.
Figura genial y devastadora
A continuación se transcriben las opiniones de personajes de la cultura que acudieron a despedir a Salvador Elizondo.
Carlos Montemayor, escritor: ''Salvador Elizondo es de los escritores más singulares de México por su inteligencia, su concentrada prosa y su concentrada vida en las letras, y al mismo tiempo, un hombre que estuvo siempre cerca de la vida y disfrutando ampliamente el mundo.
''No siempre la inteligencia asegura la felicidad a los seres humanos, en el caso de Elizondo podríamos decir que su inteligencia la utilizó para enriquecer y fortalecer la literatura.''
Eduardo Lizalde, poeta : ''La muerte de Elizondo es muy dolorosa para toda la literatura mexicana, pues era uno de los miembros más brillantes de una distinguida generación de escritores.
''Afortunadamente deja una obra magnífica que es mucho más extensa de lo que se supone. Es lamentable que se pierda una personalidad de ese tamaño, porque toda su sabiduría, toda su inteligencia y toda la reserva artística que hay en una persona desaparece con su cuerpo y con su mente; de manera que estamos muy tristes.''
Margo Glantz, escritora: ''Elizondo es una figura genial, extraordinaria, completamente especial y devastadora. Tenía un sentido del humor y de la transgresión que pocos escritores mexicanos tenían. Farabeuf fue una obra clave dentro de la literatura mexicana, cambió totalmente el sentido de lo que se escribía en el país.''
Teresa del Conde, crítica de arte: ''Mis recuerdos de él son como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue uno de los profesores más queridos en toda una generación. Quiero resaltar que Salvador quería ser pintor, le fascinaba la pintura y era muy buen ilustrador.