Rancho Las Voces: Filosofía / Dos entrevistas a Jean Baudrillard
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martes, marzo 13, 2007

Filosofía / Dos entrevistas a Jean Baudrillard

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El filósofo en Venezuela (Foto: Ariel Jiménez)

C iudad Juárez, Chih. 10 de marzo. (RanchoNews).- En la edición de este domingo de Confabulario del periódico El Universal de la ciudad de México, se reproduce una entrevista a Jean Baudrillard realizada por el escritor y periodista francés Pierre Boncenne, que fue traducida por Alberto Román y originalmente publicada en Le Monde de l'éducation.

Reproducimos a continuación un fragmento en el que Baudrillard vierte su opinión sobre el arte contemporáneo:


A propósito de complot, no hace mucho usted fue denigrado por haber escrito un artículo, “El complot del arte”, en el que se cuestionaba la “nulidad” defendida por cierto arte contemporáneo.

El sentido de la paradoja y de la ironía no es compartido por mucha gente. ¡Basta con manifestar un poco de humor para que encima lo traten a uno de impostor fascista! Sin el propósito de provocación deliberada, desde hace algún tiempo tenía ganas de hablar de la nulidad pretenciosa de una parte del arte contemporáneo. En el curso de una Bienal de Venecia me había impresionado el aspecto de ciertos performances, esta manía de jugar al culto del desecho o la mutilación del cuerpo. Y esta ablación exigía por parte del espectador una lobotomía equivalente del juicio estético. Por eso hablaba de “complot del arte”: lograr, por una parte, borrar toda originalidad artística y, por la otra, paralizar al espectador que, por miedo de pasar por un idiota, debe aceptarlo con tolerancia o, más bien, con servidumbre mental. Lo que me molestaba no era la elección de los creadores sino este servilismo generalizado. No podía soportar una mecánica cómplice tal. Supongo que he tocado una herida, pero en realidad no me esperaba reacciones tan violentas: mescolanzas nauseabundas del tipo “estar contra el arte contemporáneo es estar por Le Pen”, o afirmaciones más sutiles insinuando que se trataba de una defensa del arte tradicional contra el arte contemporáneo. ¿Por qué se me rehúsa el derecho de revelar una intoxicación estética así como puede existir una intoxicación política o mediática? Hay una táctica del engaño o de la disuasión que en el arte se ha convertido en un modo de gobierno de las mentes. Estoy desolado, me cuesta trabajo aceptarlo, pero que no haya lugar a dudas, mi intervención no ha cambiado en nada.

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También encontramos una entrevista realizada en Venezuela por María Elena Ramos para el portal analítica.com y de la cual reproducimos este fragmento:

Usted no solamente se ha mostrado sorprendido por el interés que despierta su pensamiento en el medio artístico, sino que ha reconocido que tiene muy pocos vínculos directos con artistas y reconoce a Warhol muy particularmente, y a pocos más, Hooper entre ellos. Pero uno siente que le haría falta mucho más análisis de otros artistas del siglo para llegar a conclusiones tan radicales en relación con la desaparición del arte.

Eso es verdad, totalmente.

Porque, por ejemplo, ¿qué pasa con Picasso, que también es del siglo xx, o con Chagall, Matisse, Dubufett? Pero sobre todo, ¿qué pasa con un Kiefer, por ejemplo? ¿Se podría reconocer en Kiefer también un vanishing point del arte, se podría decir que esa obra «fabrica una profusión donde no hay nada que ver»? ¿Podría hablarse allí de una «genial banalidad de un arte que ya no existe», como decía Warhol? ¿O hay una creación artística que recupera las dos situaciones clave del arte: por una parte la seducción de lo sensible; por otra, el sentido?

Sí, quizás es posible que haya dos trayectorias, yo estaría totalmente de acuerdo en decir que hay dos trayectorias: una que lleva hasta sus últimas consecuencias la lógica de la desaparición, y otra que no voy a decir que reconstruye el arte, pero es muy posible que haya una división del trabajo en el universo artístico en general y que haya una línea de presencia y una línea de ausencia. No sé, no sé si son realmente contemporáneas. Por ejemplo, hay una línea que yo veo: la del trompe-l’œil a través de la historia del arte. Bueno, es una línea relativamente independiente de la historia del arte, está siempre ahí, hay como un trabajo mágico sobre la realidad y la apariencia y el trompe-l’œil es ahistórico, parece atemporal. Entonces, hay tal vez en el fondo algo así, es decir, una historia del arte que continúa a lo mejor continúa a lo mejor con su propia evolución orgánica, y luego una línea que la niega totalmente, que es la denegación de esto, y que sería la línea de la desaparición. Y a partir de ese momento habría que ver si incluso en el arte clásico no hay ya antecedentes de esta ausencia, de esta desaparición. Esto me interesa bastante, ver más en esta línea. Y estarían dos trayectorias que no tienen exactamente la misma curvatura, que reaccionan una a la otra. Porque pienso que incluso en las vidas individuales, en nuestras vidas, hay dos cosas: una línea fatal, según la cual la misma situación se reproduce fatalmente, y luego una línea en donde hay una historia, con causas, antecedentes, una línea sicológica si se quiere. Hay así una línea en la cual tenemos una historia, y una línea en la cual tenemos un destino. Y pienso que las dos líneas a veces se cruzan y entonces se producen efectos muy violentos, pero que la mayoría del tiempo, estoy seguro, se combinan así. Así es que estoy de acuerdo en decir que hay dos trayectorias. Es una solución, ¿no?


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