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Joseba Pinela atiende las instrucciones del director en un ensayo. (Foto: Luis Magán)
M adrid, 25 de abril, 2007 (Rosana Torres / El País).- Al dramaturgo, poeta y novelista Jean Genet, fallecido en 1986, no se le pone mucho en escena en España. Quizá se deba a que su teatro, como el resto de su obra, como su vida, es pura transgresión y revulsión llena de recovecos, de aristas, de múltiples y complejas lecturas. De hecho, es la primera vez que se pone en escena a este autor en el Centro Dramático Nacional, organismo que estrenó el pasado jueves en el teatro Valle-Inclán de Madrid una de sus obras más desconocidas, Splendid's, con dirección de José Carlos Plaza y nueve actores, casi todos emanados del Laboratorio de William Layton, como el gran Helio Pedregal.
«Estamos ante una falsa novela negra, que termina pareciendo un drama, pero en realidad es una explosión de metafísica y de mística que Genet ofrece a través de la figura de unos gánsteres y sus aparentes opuestos, los policías», dice Plaza, quien sostiene que ha construido el montaje más desde la narrativa de Genet que desde su dramaturgia: «Quizá por eso Genet no aceptaba este texto, porque la relación entre dramaturgia y poética, hablando de términos literarios, no es coincidente, pero al mismo tiempo eso es el gran avance y lo excepcional del texto».
Plaza hace referencia a que esta obra fue destruida por Genet en 1953. De hecho, Splendid's no se publicó hasta 1993, a pesar de haber sido escrita en 1948. Se salvó gracias al editor del dramaturgo y al filósofo Jean-Paul Sartre, quienes la redescubrieron por un manuscrito olvidado en un cajón. Fue en los años setenta y Sartre llegó a afirmar que la fuerza y la calidad de esta obra era superior a Las criadas, la obra cumbre de Genet.
En España no se había montado nunca y tan sólo se había visto gracias al experimental montaje de los italianos Motus. «Es una auténtica joya, cargada de muchos Genets», señala Plaza. Claro que el autor dijo algo que recuerda muchas veces Juan Goytisolo, gran conocedor de su vida y obra: «La dificultad es la cortesía del autor con el lector», y en este caso espectador.
En Splendid's, cuya puesta en escena ha contado con traducción de Mauro Armiño, escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda y vestuario de Pedro Moreno, el autor habla de sus pares. De seres marginados que utiliza para cuestionar, como siempre lo hizo, al poder. «Genet nos hace preguntarnos dónde está el orden, juega con él, todo está invertido y Genet juega a la inversión sexual, erótica, social, juega con las filosofías de la vida y está muy bien porque en estos momentos hace falta que alguien salga diciendo '¡basta ya!». Plaza sostiene que para Genet el invertido, en el amplio sentido de la palabra, es el auténtico revolucionario.
San Genet, como le llamó Sartre en un libro que dedicó al escritor, logró ser un revulsivo desde el día en que nació en 1910 en la parisiense Maternidad de la Beneficencia Pública y hasta el que murió en un cuarto de hotel. En medio fue un niño acusado de robo e ingresado en un reformatorio del que se fugó para vagabundear por Europa, entrando y saliendo de cárceles, por robos y prostitución, hasta que en 1948 es condenado a cadena perpetua, de la que se salvó gracias a la intervención de varios intelectuales, entre los que estaban Picasso, Sartre y Cocteau, que dijo de él: «Será un día uno de los más grandes escritores de la lengua francesa». Aunque prácticamente dejó de escribir a partir de 1961.
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