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«La habitación roja», de Sveinn Fannar Johannson. (Foto: Archivo)
A lemania, 17 de Abril, 2007 (Luna Bolívar Manaut/DW-world).- La feria de arte más antigua del mundo se acerca de nuevo a las orillas del Rin. Del 18 al 22 de abril, 190 galerías expondrán sus últimos tesoros, rescatados del arte moderno y contemporáneo, en Art Cologne.
Ver, descubrir, quizá tocar e incluso, si el bolsillo lo permite, también comprar. Una vez al año, las salas de la Feria de Colonia se vacían de empresarios en traje y corbata y se llenan de comerciantes de arte, de artistas, de obras modernas que ya son clásicos y de creaciones nuevas que inician su andadura. Y de visitantes: 70.000 se esperan en esta ocasión.
Desde hace 41 ediciones, Art Cologne se dedica al arte del siglo XX, y ya hoy del XXI. La presión que ejercen otras ferias similares le ha obligado a desplazarse en el calendario del otoño a la primavera. Por eso, Art Cologne abre sus puertas en 2007 antes de lo acostumbrado. Sin embargo, los principios que sentaron la tradición de este evento artístico se mantienen: encuentro internacional, arte para todos los ojos y fomento de los nuevos talentos.
Fuera y dentro de la galería
En Art Cologne hay obras caras: 3,8 millones de euros por el Hombre con pipa de Picasso, y obras relativamente baratas: 7.100 euros por el Bebé chino de Yin Kuns. Pero no sólo si se compra merece la pena el paseo. En total, 190 galerías de todo el mundo están representadas en Art Cologne, llenando el recinto de exposiciones de clásicos del arte moderno y nuevos contemporáneos del suelo a la pared.
Sin embargo, los organizadores de Art Cologne saben que no todas las creaciones caben en el espacio cerrado de una galería. La buena experiencia cosechada en 2006 con Open Space hace que se hayan optado por la repetición: la sala cuatro de Art Cologne pone 2.500 m² a disposición del arte urbano, de las obras que nacen más allá del los círculos artísticos convencionales.
Y si el año pasado fueron los artistas coloneses quienes dominaron en Open Space, en 2007 la ciudad anfitriona cede su soberanía sobre el arte sin techo a los creadores capitalinos: el «movimiento berlinés» es protagonista en Open Space 2007, acompañado por obras procedentes de Londres, Glasgow, Nueva York y Suiza.
Colonia es Art Cologne
Y Art Cologne no sólo se desarrolla dentro de la feria o en la libertad de Open Space. Colonia se llena de arte. Las galerías de la ciudad aprovechan la ocasión para lucir exposiciones especiales y desde los edificios oficiales hasta las iglesias, cualquier lugar es bueno para colgar una obra o mostrar una creación.
La galería mexicana Hilario Galguera, por ejemplo, hace coincidir con Art Cologne su exposición del artista británico Damien Hirst, titulada The five aspects of God. Y qué mejor lugar que la casa del Señor, la iglesia colonesa de Corazón de Jesús, para acoger una obra de este modo bautizada.
The five aspects of God está compuesta de cinco cuadros en los que Damien Hirst, uno de los principales representantes del nuevo arte británico, mezcla en la pintura tierra, mariposas, alfileres o cuchillas. Dedicados a diferentes conceptos religiosos como la Santísima Trinidad o la resurrección, los cinco lienzos de Hirst, según la galería latinoamericana, «plantean el dilema del modo en que Dios podría estar anclado en la memoria de los no creyentes».
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