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El creador del Taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Óscar Liera. (Foto: Tatuas)
C uliacan, Sinaloa, 22 de Abril, 2007. (Carlos Paul/La Jornada).-En el ámbito teatral mexicano son contados los casos de las compañías que pueden celebrar 25 años de trayectoria. Tal es el caso del Taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa (Tatuas), que además ha sabido equilibrar durante ese lapso su programación artística y cumplir con sus metas desde que les fue otorgado en comodato el teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social de Culiacán.
"Sin falsas posturas y sin renunciar a su compromiso, el Tatuas ha revisado y recreado la dramaturgia de su fundador, Óscar Liera (1946-1990), así como de otros autores clásicos y contemporáneos. Han sido años de la consolidación de un repertorio.
«Y esto no es fácil, se necesita contar con un sólido equipo de trabajo, con capacidad de producción y, sobre todo, con la certeza de que la labor teatral es a largo plazo», comentó el dramaturgo sonorense Cutberto López, autor de Yamaha 300.
«Mantener obras en repertorio puede resultar a veces más complicado que nuevas producciones. Más complicado es en provincia, donde las obras se gastan rápidamente. Su gran acierto es reconocer el papel del público en el teatro. Les importa la cantidad y la calidad de su público, al igual que la capacitación y formación de sus integrantes».
En fecha próxima se reditarán las obras completas de Óscar Liera, adelanta Rodolfo Arriaga, quien encabeza la compañía. «Sólo se espera que termine la corrección de dos o tres textos incluidos en el volumen».
Para este 25 aniversario entre los invitados a la celebración se encuentran el grupo Sa'as Tun, de Yucatán, que presentó Mestiza power, obra escrita y dirigida por Concepción León Mora. Agrupación cuyo afán es desarrollar un lenguaje teatral propio y contemporáneo; retomando un estilo que hable del misticismo y de la memoria de los indígenas mayas de Yucatán.
Por su parte, el Tatuas escenificó Los negros pájaros del adiós, de Liera. Este lunes 23 de abril se realizará una mesa redonda, con el tema Escuelas de teatro (11 horas, en la biblioteca Gilberto Owen, del Difocur). Posteriormente, a las 20 horas, el grupo Conjuro Teatro, del Distrito Federal, y La jarra azul, de España, escenificarán Los niños de Morelia, de Víctor Hugo Rascón Banda.
Durante la semana, en punto de las 20 horas, el público culiacanense podrá disfrutar de un mosaico de propuestas teatrales: Asalto al agua transparente, espectáculo creado por Luisa Pardo y Gabino Rodríguez, con el grupo Lagartijas tiradas al sol, del DF; Vencer al sensei¸ de Richard Viqueira; Gracias querida, con la actuación de Felipe Tútuti y Angel Norzagaray, integrantes del grupo Mexicali a secas.
Se representará también La siembra del muerto, ambiguo título escogido por su autor, Sergio Galindo, cuya obra será puesta en escena por la Compañía Teatral del Norte, de Sonora, que cumple este año 11 de trabajo continuo.
La celebración del Tatuas por su primer cuarto de siglo cerrará con la escenificación de El muerto todito, de Mary Zacarías, a cargo de la propia agrupación sinaloense. Obra para niños que aborda el tema de la muerte, como una de las más importantes tradiciones mexicanas, por medio de un grupo de juglares que llegan a un pueblo a presentar una obra de teatro: El muerto todito, cuyos actores se van transformando a la vista del público en cada uno de los personajes que les corresponde interpretar. La historia gira en torno a Musi, una niña que circunstancialmente encuentra un pájaro muerto y a partir de ahí se despierta en ella la curiosidad ante ese fenómeno.
Este domingo se realizó la presentación del volumen Cazador de gringos, obra de teatro escrita por el sonorense Daniel Serrano, ganadora del Concurso del Libro Sonorense Dramaturgia 2005. Obra en la que «evitando maniqueísmos y visiones simplistas, el autor nos obsequia una mirada incisiva, cargada de humor negro, acerca de la condición humana de extranjería, la que rebasa condiciones culturales y geopolíticas, poniendo de manifiesto la incapacidad de reconocerse en el otro».
Asimismo, el joven dramaturgo Hugo Abraham Wirth presentó los primeros cinco títulos editados por la revista Paso de gato, proyecto con el que se intenta «llenar el vacío que el ensayo y la literatura dramática padecen en el mercado editorial mexicano e internacional». Los títulos son: La infamia, de Liera; Por una teatralidad menor y Dramaturgia de la recepción, de José Sanchís Sinisterra; Carta a un joven dramaturgo, de Marco Antonio de la Parra; La fe de los cerdos, de Abraham Wirth y Lágrimas de agua dulce, de Jaime Chabaud.
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