La Mona Lisa de Duchamp
N ueva York, 14 de junio (EFE).- La historia y vigencia del Dadá, el movimiento artístico de vanguardia que se desarrolló en Nueva York y Europa a principios del siglo XX, son celebrados con una extensa exposición organizada por el Museo de Arte Moderno (Moma).
Unas 450 obras, incluidas pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, revistas, grabaciones sonoras y filmes, ofrecen un recorrido por este movimiento artístico internacional, que tuvo como "capitales" a Nueva York, Zurich, París, Hannover, Berlín y Colonia.
La exposición, que se podrá ver entre el 18 de junio y el 11 de septiembre, no está organizada cronológicamente sino alrededor de estas seis ciudades, en las que el Dadá emergió como respuesta al racionalismo y a las atrocidades de la Primera Guerra Mundial.
Durante su época de esplendor, entre 1916 y 1924, el Dadá también cuestionó la emergente industria de los medios de comunicación y el culto a la máquina, a través de estrategias artísticas radicales e innovadoras.
Los dadaístas revolucionaron el lenguaje artístico de la época al experimentar con la abstracción, el azar, el humor, la ironía, el conocido como "readymade", el collage, el fotomontaje, el performance, los afiches y las revistas.
Man Ray "Objects"
En esto fueron pioneros Marcel Duchamp, Man Ray, Francis Picabia, Hans Arp, Max Ernst, Kurt Schwitters, Tristan Tzara, Hans Richter, George Grosz y Raoul Hausmann, representados en esta exposición junto a otros 40 artistas.
En un gesto propiamente dadaísta, la comisaria de la muestra, Anne Umland, propone al espectador dos opciones de entrada a la galería: por la puerta izquierda, o "vía Nueva York", y por la puerta derecha, o "vía Zurich".
Según Umland, las opciones "reflejan el doble punto de origen del Dadá", ya que el movimiento surgió simultánea e independientemente en Nueva York y en Zurich, ciudades que brindaron un refugio seguro a los artistas exiliados.
Max Ernst en 1922
Entrando por el Dadá neoyorquino, el visitante se encuentra con una serie de "readymades" -objetos manufacturados que, al ser colocados en una galería, pasan a ser objetos de arte- del artista francés Marcel Duchamp.
Estas obras radicales cambiaron la tradicional definición del arte, y la muestra incluye una de las más conocidas, "Fountain" -un urinario elevado al estatus de escultura-, así como fotografías de Duchamp personificando a su alter-ego femenino, Rrose Sélavy.
Duchamp fue además clave en la unificación de los dadaístas de Nueva York, entre ellos Jean Crotti, Man Ray y Francis Picabia, un grupo que se obsesionó con la cultura consumista de EU, las máquinas y la producción industrial.
En el caso de París, el Dadá emergió en 1920 y lo hizo con un lenguaje violento que se manifestó en performances y en la fascinación por el espectáculo.
L'Oeil cacodylate (1921) de Picabia.
Uno de los gestos más encarnizados lo perpetró el propio Duchamp al pintarle bigotes y barba a una reproducción de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, además de las siglas "LHOOQ", que al deletrearse en francés vienen a decir "Elle a chaud au cul".
En Zurich, los dadaístas se congregaron inicialmente en el mítico club nocturno Cabaret Voltaire, pero tras su cierre en 1916 el artista rumano radicado en Suiza Tristan Tzara asumió las riendas del movimiento, acuñando, junto a otros artistas, la palabra Dadá.
Fue en Zurich donde el dadaísmo quedó estampado, como una suerte de marca, en una serie de libros y afiches e, incluso, en un manifiesto que establecía que el grupo estaba, "en principio, en contra de los principios".
TIHANYI, Lajos. Portrait of Tristan Tzara. 1926. Oil on canvas, 103 x 73 cmHungarian National Gallery, Budapest
En las ciudades alemanas de Berlín, Colonia y Hannover, el dadaísmo se manifestó en los fotomontajes de Max Ernst, los collages políticos de Raoul Hausmann, los filmes lúdicos de Hans Richter y los retratos grotescos de capitalistas burgueses de George Gosz.
Figura importantes del dadaísmo alemán fueron Kurt Schwitters, conocido por sus collages hechos de trozos de afiches y papeles viejos reciclados, y Hans Arp, de quien se exhiben sus ensamblajes y litografías de formas orgánicas.
Según la comisaria Umland, esta muestra -largamente esperada en EU- permite conocer un poco más del arte Dadá, un arte provocador y sin reglas, que se resiste a las clasificaciones y que sus creadores definieron como "anti-arte".
Recomendación
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