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La autora de la novela Dile que no estoy. (Foto: Milenio)
M éxico 4 de enero, 2008. (Jesús Alejo/ Milenio).- Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970) está considerada entre las voces jóvenes más importantes de la literatura chilena de los últimos años, si bien ella misma está consciente de que vive la primera parte de su proceso de formación.
Pertenece a la generación de escritores que comenzaron a crear desde la democracia, un poco alejada de las temáticas de sus antecesores, si bien en su literatura aparecen aspectos como el pasado y la memoria…
«Pero la memoria no tiene que ver sólo con el rescate de un asunto político, atraviesa todo. Pienso en la memoria como algo más íntimo: sí, cruza la literatura universal desde distintas perspectivas, como una forma de hacer que el pasado no sea una forma estancada y anquilosada, que esté presente hoy».
Dile que no estoy —finalista del Premio Planeta-Casamérica de Narrativa Iberoamericana 2007— es su más reciente novela, en la cual aparecen temas relacionados con el pasado, pero sobre todo con la fragilidad de los vínculos, en un contexto cotidiano. No la pensó como una obra de la transición, sino dentro de una parcela más íntima: historias mínimas que hablan de la historia con mayúscula.
«Después de los tiempos más oscuros de la dictadura, donde las publicaciones fueron subterráneas, ocurrió el fenómeno de la nueva narrativa chilena, por eso creo que esos términos de lo nuevo aplicado a la literatura están más cerca de ser una estrategia de mercado. Como nuevo no sé si no hay nada o todo es nuevo al mismo tiempo. En Chile están pasando muchas cosas, como la apertura de autores que no publicaban, de mixtura de géneros, de revaloración de la crónica como un género importante».
Hay distintos temas que apareces en obras como En voz baja, Ciudadano en retiro o Malas noches: la figura del padre, por ejemplo, aun cuando no está consciente de dónde viene eso, porque ni tiene una cuenta pendiente ni quería hacer una alegoría del padre como una institución social, explica.
«Otro de los temas es el de la espera, de algo que quizá no va a terminar nunca; y el azar también está presente, pues por más que uno se programe para caminar por un carril de la vida, siempre suceden cosas que lo hacen virar a uno».
Historia mexicana
Alejandra Costamagna tiene en su bibliografía un título relacionado con México: Cansado ya del sol, resultado de un tiempo que la escritora chilena vivió en Oaxaca, en especial en Puerto Escondido, adonde llegó con la idea de estar tranquila y desconectada del mundo, si bien la historia ya le daba vueltas en la cabeza.
«Se trata de una novela que tiene que ver con un lugar alejado de la urbe, entonces podía ser un lugar inventado, pero México se me apareció como el mejor espacio para desarrollar la trama de la novela, la mayor parte de la cual transcurre en Puerto Escondido, atraída por ser como pequeños puertos donde aparentemente no sucede nada, pero pueden estar pasando de manera subterránea».
Una relación que trascendió lo literario, de ahí su interés por tener una mayor presencia en el mercado editorial mexicano, con la contribución de haber sido finalista del Premio Planeta-Casamérica. «Los premios ayudan cuando en el jurado hay alguien que merezca cierto respeto —en el Casamérica, Juan Villoro merece todo mi respeto—; además, se supone que genera un vínculo mayor de conexión geográfica», asevera la escritora.
«Es muy difícil que uno pueda decir lo que sucede en América Latina, pues a pesar de la globalización, de la interconexión, pasan cosas a nivel pequeño que uno desconoce».
Por ello, a Alejandra Costamagna le parece fundamental lo que hacen las editoriales independientes —hay posibilidades de que editorial Almadía publique una de sus novelas—, porque ellos sí llevan la batuta para aproximar a autores que, de otra manera, sería casi imposible que trascendieran las fronteras, «porque las grandes editoriales no van a hacer el esfuerzo por sacarlos de ahí».
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