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El periodista cultural mexicano. (Foto:La Jornada)
M éxico 8 de enero, 2008. (Redacción/ La Jornada).- El periodista cultural Renato Ravelo Sánchez falleció la pasada madrugada del 6 de enero, a los 42 años. Se tituló en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 2004, con una tesis sobre coleccionismo y saqueos arqueológicos; participó en el taller de periodismo cultural de Gabriel García Márquez y fue distinguido con el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez en 1999.
Ravelo Sánchez nació el 3 de marzo de 1965; trabajó en Radio Educación, y del 24 de mayo de 1988 a 2003 se desempeñó como reportero de la sección Cultura en La Jornada.
Entre 1992 y 1994 ocupó la Secretaría de Previsión y Capacitación y Cultura en el Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor), cuando Víctor Ballinas fue secretario general. Ese comité también estuvo integrado por José Luis Hidalgo, Rodolfo Contreras, Judith Calderón y Carlos Fuentes.
Durante su trayectoria profesional tuvo oportunidad de participar en el taller de periodismo cultural que imparte el escritor colombiano Gabriel García Márquez. Sobre esa experiencia, escribió en La Jornada que el taller de Gabo «es el oscuro objeto del deseo de cualquiera que pretenda dejar impreso en un diario algo más que una mancha de tinta.»
Fue testigo excepcional de los secretos, trucos y vicisitudes de quien un día fue tocado por la gracia de convertir la palabra más insignificante en oro.
«El taller es una larga entrevista de tres días y las declaraciones entrecomilladas –que tanto dan risa al autor de Cien años de soledad– son a veces una sacralización de la oralidad, pero también son puntos imprescindibles de referencia, pequeñas magias para recuperar lo dicho. Y el truco consiste en no perder frase o gesto, y al mismo tiempo atacar con preguntas certeras. Cuando el escritor colombiano tenía la edad promedio de los asistentes –cuenta–, renunció a vivir del periodismo porque sabía que no podía aspirar a ser director de El espectador y porque su reportaje Relato de un náufrago había levantado un escándalo. Además, veía el periodismo como género literario».
Fue colaborador del CNCA por cuatro años y hasta octubre de 2007 impartió un curso de periodismo cultural en la Casa de Lago. Le sobreviven sus padres, su esposa Sonia Sierra, también periodista, y su hijo Alejandro, de 10 años.
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