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Porfirio Díaz invitó hace 100 años a diferentes países (entre ellos Italia) a participar del Centenario. (Foto: Cortesía Sistema Nacional de Fototecas)
C iudad Juárez, Chihuahua, 22 de abril, 2008. (RanchoNEWS).- Se trata de una obra del escultor Augusto Volpi. Aunque se esperan nuevos obsequios internacionales con motivo del Bicentenario, no se sabe si, antes, habrá un programa de restauración de los que están por cumplir 100 años. Una nota de Leticia Sánchez para Milenio:
Tapizado por graffitis, envuelto en el polvo, rodeado por material de construcción y algunos baños portátiles, apenas se distingue el busto de un personaje que se erige en la avenida Chapultepec, esquina con la calle de Guaymas, en la colonia Roma de la Ciudad de México.
A simple vista es un monumento más, pero si se hace un recorrido por la historia, sabremos que se trata del obsequio que realizó el gobierno de Italia a México con motivo del centenario de la Independencia de México, refiere el historiador José Manuel Villalpando.
Hace cien años, el gobierno de Porfirio Díaz invitó a los países con que mantenía relaciones diplomáticas a festejar el centenario de la Independencia y algunas de esas naciones respondieron con distintos presentes conmemorativos.
Uno de los países que se sumaron a los festejos fue Italia, cuyo gobierno obsequió al pueblo de México un monumento elaborado en mármol en cuya base se puede leer: El Cav. Augusto Volpi. A la Ciudad de México.
Es un hecho que este monumento se erigió ante la presencia de mandatario Porfirio Díaz porque, de acuerdo con el programa de los festejos, él encabezó todas y cada una de las celebraciones organizadas con motivo del centenario de la Independencia de México.
Y como sucede con este tipo de monumentos, es posible que debajo de la base se encuentre una caja del tiempo, pues era una costumbre enterrar este tipo de objetos como si fuera la memoria de la primera piedra. Pero eso se sabrá hasta que las autoridades correspondientes emprendan su restauración.
Cobra relevancia este tema, debido a que la Comisión de los festejos del Bicentenario de la Independencia y de la Revolución Mexicana 2010, contempla en su programa de actividades, invitar a los países que en 1910 festejaron el centenario de la gesta independentista, según lo confirmó a MILENIO, la embajadora Lourdes Aranda Bezaury, Subsecretaria de Relaciones Exteriores de México.
¿Restaurarán las piezas que fueron regaladas a México con motivo del centenario de la Independencia, antes de invitar a los gobiernos extranjeros a conmemorar el 2010?
Creo que sería muy importante que se preocuparan por restaurar los obsequios que se dieron hace 100 años; porque tiene usted razón, si en un momento dado van a venir y van a dar nuevos regalos, que vean el mantenimiento que se les da.
¿No han pensado en eso?
Yo, en lo personal, no tengo esa información, pero me parece que las partes responsables lo están pensando. Pero si no, yo lo transmitiré.
¿Invitarán a todos los países con lo que México tiene relaciones?
No quisiera yo adelantarme al programa de actividades, que eso lo tiene que dar a conocer el área encargada de la celebración, que está a cargo de Tovar y de Teresa.
Las cajas del tiempo
Durante los festejos de 1910, varias naciones respondieron a la invitación del gobierno de Porfirio Díaz para participar en la conmemoración, sobre todo mediante la donación de esculturas, si bien otro de los aspectos importantes son las conocidas como «cajas del tiempo», colocadas casi como la primera piedra de los monumentos.
Apenas en octubre del año pasado, un grupo de trabajadores localizó un objeto, elaborado en plomo y de apenas 31 centímetros de largo, 13 de ancho y 14 de fondo, el cual fue colocado en aquel año debajo del monumento a Luis Pasteur, localizado en el cruce de las avenidas Reforma e Insurgentes de la Ciudad de México.
«Se corroboró que es una caja de plomo-dedicación del monumento: es como si fuera la primera piedra. Tiene una forma singular y sin firma; no sabemos qué contiene pero desde ahora trataremos de estabilizarla para que no pierda humedad, ya la cubrimos con una bolsa de plástico negra y serán los restauradores en la Dirección de Salvamento Arqueológico los que la abrirán para recuperar su contenido», explicó entonces el arqueólogo Pedro Francisco Sánchez Nava.
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