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sábado, mayo 10, 2008

Arte Público / México: Banksy, el hombre invisible del arte callejero

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Graffitti tomado de su página. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 10 de mayo, 2008. (RanchoNEWS).- Decidido a seguir en el anonimato, el británico se ha convertido en un crítico mordaz y en un creador de los más cotizados. Una mota de Kathya Millares para El Universal:

¿Cómo y quién es Banksy? La no respuesta a esa pregunta es uno de los grandes atractivos de ese joven artista, un nombre que es sinónimo igual de desafío que de ventas.

En los últimos años, el grafitero británico se ha deslizado como la humedad, mientras el interés por su obra crece.

Dos millones de entradas en el buscador de Google son suficientes para comenzar a adentrarse en el mito creado alrededor de este artista callejero. Una página oficial, notas de periódicos, referencias en blogs, una sección dedicada a su obra en el sitio de fotos flickr o decenas de videos en youTube son los cimientos que sostienen el pedestal en el que se encuentra actualmente.

Y para agregar ejemplos, sólo basta recordar la expectativa que causó hace dos semanas en el Reino Unido, al convocar a 40 grafiteros para que pintaran los muros del túnel de la Waterloo Station, en el marco de The Cans Festival.

Nada se sabe de cierto sobre la identidad de Banksy: se cree que nació en Bristol, Inglaterra en 1974; que su nombre podría ser Robin o Robert Banks; que es hijo de un ingeniero; que usa un diente de plata y que le gusta vestir al estilo de los raperos.

Sin embargo, el rompecabezas de su trayectoria es fácil de armar. Sus inicios se remontan a 1993, cuando en las calles de Bristol aparecieron sus primeras pintas. Siete años después, en un restaurante de esa localidad, presentó su primera exposición.

En 2005, el mercurio del termómetro de la popularidad de Banksy se elevó demasiado. Con la muestra Crude Oil sorprendió a los ingleses al presentarles 164 ratas vivas que andaban libres por la galería ubicada en Westbourne Grove. Los periódicos comenzaban a darle espacio en sus páginas.

Paredes de Inglaterra, España, Francia, Australia, Estados Unidos, Israel y, probablemente, México (se encontró un grafiti en Monterrey que algunos le atribuyen) ya tienen alguna de sus imágenes mordaces.

Las ratas, los prisioneros de Guantánamo, Mickey Mouse, Ronald McDonalds, el presidente George Bush, Kate Moss, Britney Spears o el ejército de Estados Unidos son algunos de los personajes que se pueden encontrar en los muros adornados por la mano de este artista británico, quien también acostumbra a escribir mensajes como estos: «Abandon Hope» o «You looked better on myspace».

El mundo hollywoodense lo recibió con los brazos abiertos en el año 2006, al inaugurarse en septiembre la exposición Barely legal. Un elefante llamado Tai, decorado con flores de lis doradas, fue la estrella; era en sí mismo un mensaje contra la pobreza. El artista explicó a través de un volante que hay problemas tan graves como éste que la sociedad evade con gran facilidad. Y remató: «Para colmo, cada día, cientos de personas se enferman por artistas idiotas que muestran sus obras y dicen que el mundo anda muy mal, pero no hacen nada al respecto».

Sus grafitis en las paredes y sus lienzos son hoy en día unos de los objetos más cotizados en las prestigiosas casas de subastas y en los sitios de internet. En noviembre del año pasado la subastadora Bonhams vendió 10 de sus creaciones por medio millón de libras. Algunos coleccionistas anónimos, Cristina Aguilera, Angelina Jolie, Brad Pitt, George Michael (pagó 400 mil euros por dos obras del británico), entre otros, son algunos de los aficionados a las pintas de Banksy.

Y para agregar más misterio a su existencia, ha colado sus creaciones en algunos museos. El Museo Británico, el de Brooklyn, el Metropolitano de Arte de Nueva York, el de Arte Moderno y el Americano de Historia Natural han albergado la obra de Banksy, sin siquiera imaginarlo. Embozado en el misterio es como este «guerrilla art» continuará diciéndole al mundo lo que ya ha plasmado en las paredes: «I want to be a non-conformist. Just like everybody else (Quiero ser un inconforme. Como todos los demás)».

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