C iudad Juárez, Chihuahua. 6 de febrero de 2013. (RanchoNEWS).- El uso que se le da al espacio público entrará nuevamente a debate, cuando se realice el 14 Congreso Internacional de Arquitectura que organizará la revista Arquine, los días 11 y 12 de febrero en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México. Una nota de Emiliano Barneli Casal para Milenio:
En el encuentro se darán cita no sólo algunos de los arquitectos más importantes del mundo, sino también antropólogos y cineastas, los cuales se destacan por haber hecho trabajos relacionados con las mejores formas de emplear el espacio.
Entre los participantes se encuentran: David Chipperfield, autor del Neues Museum de Berlín y del Museo de la Colección Júmex en el Distrito Federal; Yoshiharu Tsukamoto, reconocido por la implementación de la arquitectura doméstica en espacios públicos; Hans Ulrich, codirector de la Serpentine Gallery en Londres; Alfredo Brillembourg, creador en Venezuela del Metro Cable y el Complejo Centenario Católico; y Denise Scott Brown, socia del despacho Venturi Scott Brown, y esposa de Robert Venturi, quien recibió el premio Pritzker, otorgado por la Fundación Hyatt, considerado como el Nobel de esta bella arte.
Asimismo participará el cineasta estadunidense Peter Greenaway, el ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; el antropólogo español Manuel Delgado y el diseñador industrial francés Ronan Bouroullec, entre otros.
Miquel Adriá, director de la revista y coordinador del encuentro, dice que escogieron como tema el espacio por ser fundamental en el desarrollo de la arquitectura. Los conferencistas hablarán del espacio habitacional, doméstico y público, como parte de la vida cotidiana de las personas.
En entrevista comenta que los arquitectos hacen los límites de algo virtual que suele llamarse espacio: «Nosotros construimos los sólidos, los concretos, las paredes que encuadran algo; pero el espacio es ese algo etéreo que está ahí y nosotros necesitamos convertir en sólido».
Como ejemplo de la reorganización urbana, Adriá habló –desde su oficina de la Colonia Condesa–, de la Ciudad de México. Explicó que la capital del país ha comenzado un proceso incipiente de reconfiguración de espacios públicos. La tarea por concretar este proyecto es grande. Apenas se han iniciado acciones coordinadas por la jefatura de gobierno de la ciudad y algunas delegaciones, como Iztapalapa.
«El transporte, por ejemplo, es un tema que no se ha estudiado lo suficiente. Por el momento no se tiene muy claro hacia dónde va el proyecto que se tiene en la materia: por un lado se encuentran los segundos pisos, por otro el Metrobús, que si bien es una moda en varios países, llena de barreras la ciudad. Además tenemos las ciclovías, las cuales seguirán siendo un conflicto hasta que realmente no se les confine un carril en las calles y avenidas», menciona.
Hasta el momento, explica el arquitecto, en la Ciudad de México hay algunos primeros apuntes e ideas de lo que se debe hacer. Eso es bueno. Ideas, que, por otra parte, se han puesto en práctica en otros países y que el Distrito Federal ha retomado a partir de gobiernos más progresistas, pues se debe recordar que el Sistema Colectivo Metro estuvo prácticamente abandonado durante décadas, hasta que se decidió construir la Línea 12.
Si bien la permanente transformación de esta capital no se abordará directamente en el congreso, Miquel dice que el 10 de febrero se tiene previsto un recorrido con los ponentes por distintas avenidas de la ciudad, por lo que el tema se planteará de alguna manera.
Al cuestionársele por qué en América Latina no hay una evolución como en Europa, respecto al empleo del espacio público, el director de la revista Arquine dice que esto se debe a que, en el siglo XX, los países latinoamericanos han pasado por procesos políticos que convulsionaron a sus sociedades, por lo que dejaron de pensar en la modernización de sus ciudades.
A pesar de ello, sí hay lugares en el continente que han sido claramente influidos por la recuperación de sus parques y plazas que hicieron Ámsterdam y Barcelona a mediados del siglo XX: Rosario, Argentina y Cartagena, Colombia, por ejemplo.
«En México el retraso se debe a que en los últimos tiempos, con más de 10 mil muertos por año, difícilmente se puede tener como prioridad el aprovechamiento de estas magnitudes. Sin embargo, Colombia puede ser un buen ejemplo de un país que de a poco ha transformado su realidad, empleando entre otras cosas la arquitectura», explica.
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