Una de las fotografías que podrán verse en La Carnicería. (Foto: Alberto Polo Iañez)C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de febrero de 2013. (RanchoNEWS).- Repensar la función de un espacio público. Obviar las categorías, lo evidente, y proponer un juego conceptual al ciudadano: vaciar una carnicería de la materia animal que la caracteriza, llenarla de fotografías e ilustraciones y convertirla en una galería efímera de arte para todos los públicos. Una nota de E. Vasconcellos para El Mundo:
Teresa Jiménez (Papa Issue) y Gema Arias son las responsables de Carnes y fotos, una iniciativa que acerca a los clientes del madrileño Mercado de Antón Martín 300 obras de una treintena de fotógrafos y otros artistas (ilustradores y diseñadores) nacionales e internacionales. Será en el puesto número 35, espacio que habitualmente ocupaba la carnicería Pedro's, y tendrá fecha de caducidad: el 23 de febrero
Las piezas, envasadas al vacío y a la venta desde la tarde de ayer, cuestan entre 20 y 100 euros. Precios populares, teniendo en cuenta que «ofrecen» obras de autores como Carlos Spottorno (World Press Photo en 2003), el fotógrafo documental Gianfranco Tripodo, Richard Ramos (Vogue, Elle, Vanity Fair, GQ) o el artista gráfico Rafafans, pero también de jóvenes como Igor Termenón, Carla Andrade o la ilustradora francesa Caroline Selmes. Valores seguros o apuestas emergentes; el comensal decide el plato. Unos bajan voluntariamente su caché para apoyar la idea; otros exponen por primera vez sus obras.
«Ui, me pillas despachando», se excusa Teresa la primera vez que intentamos charlar con ella. Despachando. Suena raro tratándose de imágenes y no de filetes, pero la primera batalla es la del lenguaje. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene al mercado. Ésa es la premisa con la que trabajan las promotoras de La Carnicería, nombre que han dado a su «pop-up store» en el mercado. Volvemos a intentarlo.
«Democratizar y dinamizar»
El proyecto es un intento de «democratizar el arte y facilitar el acceso del público a obras de autor», explica Jiménez. «No somos expertas galeristas, pero sí amantes de las cosas bonitas», continúa. Y originales. La idea surgió después de conocer Sandwich Mixto, un puesto también situado en el zoco de Antón Martín en el que venden fanzines autoeditados. Se les ocurrió hacer algo parecido, y empezaron una «curaduría de fotógrafos consagrados y emergentes, amigos de Londres, Los Ángeles, Argentina, España»... et voilà.
«El primer día ha sido un éxito», asegura después de recoger el puesto. La Carnicería echará el cierre el próximo sábado, pero las fotografías que no se hayan vendido podrán adquirirse a través de internet. Jiménez reconoce que les gustaría repetir la experiencia con otros 'productos artísticos' –«Si vemos que nos compensa, aunque sea para cubrir los gastos»– y en otros lugares, aunque no lo dice de forma directa: «Intentamos innovar todo el tiempo, sorprender continuamente».
Iniciativas de este tipo consiguen también «dinamizar» un espacio atrayendo a un «target» diferente, señala la galerista: los que fueron buscando arte terminaron tomando tapas en el mercado. Haciendo gasto, vaya. Que levante la mano el tendero al que le moleste. Y los que fueron buscando alimentos... pues también los consiguieron. «Ya sabes cómo son», se ríe Teresa refiriéndose a ese patrimonio nacional que son las señoras que se arriman a cualquier sitio si el aperitivo es gratuito. Sin complejos. Que no estamos en un museo.
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