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Retrato ecuestre de Michael Jackson realizado por el artista Kehinde Wiley. (Foto: AP)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de diciembre 2009. (RanchoNEWS).- Curiosidades, espantos y sorpresas en Art Basel Miami Beach, la feria de arte más importante de América que se celebra del 3 al 6 de diciembre. Una nota de Isabel Lafont para El País:
El rey del pop murió el pasado junio de una sobredosis de calmantes dejando tras de sí una de las vidas más extravagantes –y trágicas– de una estrella del espectáculo. Su ingenua megalomanía es ya legendaria, por eso a nadie sorprenderá contemplar en el stand de la galería neoyorquina Deitch Projects a un Michael Jackson a lomos de un caballo, emulando al famoso retrato de Felipe II que realizara Rubens en el siglo XVII. Se trata de un óleo que el cantante pidió a Kehinde Wiley en 2007 después de ver el trabajo del artista en el Museo de Arte de Brooklyn. En un principio Wiley, que no suele trabajar por encargó, no dio crédito a las llamadas de Jackson. «Honestamente, creía que era una broma», ha declarado a The Art Newspaper. Verificada la genuina identidad de Jackson, el artista intercambió con el cantante algunas impresiones y se sorprendió al comprobar que Jackson no era precisamente un ignorante en materia de historia del arte. Wiley estaba preparando una sesión de posado en vivo cuando recibió la noticia de la muerte de su cliente pero quiso, no obstante, terminar el trabajo. Se vendió el miércoles, el mismo día de la inauguración de la feria, por 175.000 dólares.
No es el único homenaje artístico al autor de Thriller en la feria de Miami. La galería Shafrazi exhibe tres fotografías de David LaChapelle, en las que un doble de Jackson posa como Jesús o como arcángel, en composiciones que imitan las estampas religiosas mexicanas. Cada imagen cuesta 55.000 dólares aunque, como señala el responsable del stand, «lo ideal es tener las tres como un tríptico».
Entre la sodomía y la negación
Hasta 2003, la sodomía era delito en 15 estados de Estados Unidos. El Tribunal Supremo determinó ese año que esas leyes eran constitucionales y por tanto no se pueden aplicar. Sin embargo, aún no han sido borradas de los textos legales de muchos estados, lo que sigue dando pie a los sectores más conservadores para que el asunto siga estando en el debate político. Florida, donde ese tipo de actos estaba penado con una multa de 500 dólares y 60 días de prisión, es un ejemplo. Por eso Joaquín García, de la galería madrileña Helga de Alvear, se mostraba algo preocupado el día de la inauguración de Art Basel Miami. La pieza que han traído es nada menos que Los penetrados, del artista español residente en México Santiago Sierra, un vídeo en el que distintas combinaciones de parejas (negro-negra, blanco-negra, blanco-blanca...) practican sexo anal. Según explicaba el artista el pasado enero en Madrid, cuando mostró la obra por primera vez, su intención es hacer reflexionar sobre el color de la piel, la inmigración, el temor a lo que viene de fuera. «Legalmente estamos cubiertos con la advertencia de que no pueden pasar a la sala menores de 18 años», explicaba García. Pero le importaba más que el mensaje de la obra no se banalizara. «El primer día, las primeras personas salieron con una sonrisilla y dije: ¡Ya estamos! Pero luego la gente sí se está interesando y pregunta más», añadía.
La obra de Sierra rara vez deja indiferente. Hace un par de años, la galería londinense Lisson expuso unas esculturas formadas por excrementos humanos (tratados para no resultar tóxico) que recoge la casta más baja de la India, un alegato contra la discriminación y el dominio de unos grupos sociales sobre otros. Quiso reconstruir una cámara de gas en una sinagoga alemana para aproximar las sensaciones que tuvieron que tener los 6 millones de personas exterminadas en el Holocausto, pero las presiones de la comunidad judía se lo impidieron.
En Art Basel Miami Beach el artista está representado en varias secciones. Además de protagonista del stand de Helga de Alvear, en el espacio de Lisson se puede ver una de sus banderas republicanas bordadas en negro. Pero también ha sido uno de los 13 creadores elegidos para realizar un proyecto de arte público en Miami Beach, en la sección llamada Art Projects. Sierra ha traído su obra NO, un camión que transporta una enorme escultura en forma de dicha declaración. Es un trabajo concebido como un recorrido por distintas ciudades occidentales, que se convierte en un accesorio de los distintos paisajes por los que circula. En palabras del artista, «NO expresa una respuesta a la universalmente reconocible imposición. NO es el ejercicio más claro del derecho a disentir ante la realidad como un todo y antes del futuro que nuestro estado contemporáneo parece proyectar por delante nuestro». El periplo de la escultura está siendo filmado al estilo de un documental sobre la gira de un grupo de rock.
Pasión de actores y ex tenistas
El hombre del traje negro se quita y se pone las gafas de sol mientras, a su paso, los codazos de incredulidad se multiplican. Sí es Sylvester Stallone. O Rocky. O Rambo. Aunque hace ya muchos años que no ha vuelto a encarnar los personajes que le hicieron famoso como estrella del celuloide hollywoodiense. Ahora está en Miami como coleccionista y... como artista. Y no desdeñable, como se demostró pocas horas después de que Art Basel Miami Beach abriera sus puertas el pasado miércoles a los profesionales. La galería de Zurich Gmuzynska había vendido ya tres de las cinco pinturas del actor que ha traído a la feria. «Si hay algo que comprar, definitivamente es esto. Cada obra vale 50.000 dólares, pero desde luego, está por debajo de su precio. Por quién es y por la calidad de la obra. Estoy segura de que alcanzarán el millón de dólares», explicaba con innegable convicción de vendedora una de las responsables de la galería.
El cortejo que seguía a Stallone por todas partes seguramente se topara en algún punto con el ex tenista John McEnroe, que recorría los pasillos con paso firme, con paradas en puntos que daba la sensación de haber decidido de antemano. Conocido coleccionista, no es raro verle en las inauguraciones de las galerías del neoyorquino barrio de Chelsea. En Miami, se detuvo largo tiempo en la galería Jacques ante una serie de fotografías de la artista Hannah Wilke, artista vinculada a las corrientes feministas de los sesenta y setenta que falleció en 1993.
La traca final
Karmelo Bermejo, un joven artista nacido en Málaga en 1979 y residente en México, será el encargado de cerrar Art Basel Miami Beach el próximo domingo con una obra que no dejará indiferente. En medio del glamour, las fiestas y la profusión de rostros y cuerpos reconstruidos quirúrgicamente, Bermejo encenderá una instalación pirotécnica que dibujará en la playa de Miami Beach la palabra Recesión. El artista explica que la pieza, titulada The grand finale, es «una celebración del fracaso». Lo que pretende el artista es plantear una «catarsis» o una «deconstrucción de la ostentación, que es una de las utilidades del arte». No es el único artista que quiere transmitir un mensaje a través de su obra. El colectivo parisino agrupado bajo el nombre Claire Fontaine expone también en la sección de proyectos públicos (la misma que alberga a Bermejo) un neón en el que se puede leer «Capitalism Kills (Love)». Con ello, reivindican un espacio para «la fantasía y los más profundos sentimientos» en un mundo en el que la economía de mercado deja poco sitio para el amor.
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