«Después del niño fugado… cuiden el hoyo. En la gráfica está, muy sereno, un policía cuidando que por ese agujero que tiene un diámetro de 20 pulgadas no sigan saliendo más presos», dice con ironía el pie de grabado original (26/IX/53). (Foto: RanchoNEWS)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2010. (RanchoNEWS).- El lunes 4 de junio de 2001 el periódico vespertino policial El Mexicano comenzó a publicar una sección histórica denominada «El Fronterizo: episodios históricos juarenses» a cargo del escritor Rubén Moreno Valenzuela, que reproducía en una página completa eventos de nuestro pasado tomados de la hemeroteca de El Fronterizo, el diario más importante de Ciudad Juárez del siglo XX. La sección, patrocinada por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, fue publicada durante cinco años.
El episodio, que presentamos a continuación, fue titulado:
Escandalosa evasión de reos de la cárcel
El viernes 25 de septiembre 8 peligrosos reos se fugaron a las 4:30 de la tarde de la cárcel municipal («la cárcel de piedra»), ubicada en 16 de septiembre y Oro.
Lograron huir, guiados por un ladrón internacional de joyas, mediante la horadación de un agujero en la gruesa pared del penal.
El Fronterizo la calificó como «la más escandolosa evasión de presos registrada en los últimos años en Cd. Juárez».
Promesa cumplida
He aquí la versión que ofrece El Fronterizo de este hecho:
Juan Manuel Díaz Marín, un peligroso ladrón internacional de joyas, aparece nuevamente como el instigador de la fuga. Hace un mes a balazos lo bajaron junto con otros dos cómplices, cuando ya estaba escondido en uno de los torreones del penal.
En esa ocasión, Díaz Marín dijo sentencisamente: «En el tercer intento, NO ME DETENDRÁN»… y no lo detuvieron.
En su escapada se llevó a los siguientes: Marcos Meza González, Manuel Pérez López y J. Guadalupe Veloz Jáuregui, todos ellos traficantes de drogas heroicas; Francisco Rueda Rodríguez, procesado por el robo de un camión a la empresa «Pepsicola», y los norteaemericanso Frederick Henry H., Osval Mayne y Robert Lynch.
Un chiquillo los denunció
Fue un menor de edad, un chiquillo que profundamente emocionado porque estaba siendo testigo de un acto que creía que era realidad en las películas, quien presenció las maniobras de los peligrosos reos y su fuga en tropel, corriendo, con el asombro demostrado en su rostro, corrió de la pared carcelaria que da al costado poniente, hacia la puerta del penal, gritando que «muchos hombres estaban saliendo por agujero que daba al Arroyo Colorado».
En acción… muy tarde
Inmediatamente se pusieron en actividad todos los integrantes de las corporacioens ahí presentes y los celadores de la cárcel, pero los esfuerzos para capturar a los reos antes de que ganaran distancia fueron inútiles, ni uno solo de los fugitivos fue alcanzado.
Cómo la realizaron
Raymundo Alarcón, celador en las crujías, declaró que se encontraba en el taller de carpintería cuando supo que 8 hombres se habían fugado.
Existe la circunstancia de que fue precisamente a corta distancia del lugar donde estaba Alarcón, donde Díaz Marín, ya planeaba la escapatoria, hizo una horadación en la pared hacia el Arroyo Colorado, después de quitar, con una sierra, un barrote de la ventana entre las crujías de prevención y «especial para extranjeros».
Luego, con una barreta, quitó unos enormes pedruzcos que es el material de la pared hasta abrir un boquete sufciente para salir por él. No fue chico ni la maniobra fácil, puesto que la tapia mide más de 65 cm. de grueso y por el hoyo salió Marcos Meza, corpulento sujeto que pesa más de 106 kilogramos.
¿Y los implementos?
Sobre los instrumentos que utilizaron los reos escapados. El alcaide de la cárcel, dio una explicación. Un albañil del departamento de Obras Públicas estuvo en la mañana haciendo algunas reparaciones dentro del penal y cuando abandonó sus labores, «inexplicabemente» dejó sus artefactos que fueron: una barra, una sierra y otros efectos. Surge ahora la sospecha de que este olvidadizo (?) albañil estaba en complicidad con los ahora fugitivos
Raymundo Alracón y Juan Villarreal Acosta, celadores comisionados precisamente para vigilar los sectores más cercanos al lugar donde escaparon los 8 individuos, fueron desarmdos ayer y consigandos a Investigaciones Previas, como presuntos responsables de la evasión.
El primero estaba encargado de vigilar los talleres de la cárcel, próximos a donde hicieron el boquete, y Villarreal el garitón el costado noroeste del edificio.
El alcaide, Carlos Pacheco, declaró que los momentos de la fuga acababa de regresar de comer en su casa, y que no se explica cómo los guardianes no escucharon los golpes de los presos cuando estaban haciendo la horadación.
Agregó también que desde hace más de un mes, cuando Díaz Marín hizo su segundo intento de escapatoria, estuvo gestionando ante las autoridades superiores el traslado de este individuo a la penitenciaría.
Antecedentes
Juan Manuel Díaz Marín, con ficha 10009, fue capturado el 13 de noviembre d e1952; se le procesa por robo de joyas valuadas en $47 mil dólares, propiedad de la Sras. Glora A. de Silva, y joyas por $60 mil pesos de la esposa del Dr. Enríquez de la Fuente.
Marcos Meza González: ficha 10143 del 17 de abril de 1953, por posesión de marihuana e intento de cohecho con $2 mil pesos al jefe de Comisiones de Seguridad.
Junto con éste cayó J. Guadalupe Veloz Jáuregui.
Francisco Hugo Rodríguez Rueda, por motivo de robo de una camioneta repartidora de la embotelladora Pepsicola y por asalto; fichado con el número 05554, desde el 4 de mayo de 1951.
Manuel Pérez López, fichado con el 10014, detenido el 26 de diciembre de 1952 por posesión de 110 gramos de marihuana.
Los norteamericanos Henry. Wayne y Linch estaban en la crujía de correccionales con arrestos de 15 días.
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