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El escrtitor sinaloense. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 11 de octubre 2010. (RanchoNEWS).- El literato mexicano, narrador de la cultura del narcotráfico, afirmó que, para el contexto que vive hoy México, es vital «que hablen más los especialistas en los medios» sobre la violencia. Una entrega de EFE:
Para el literato mexicano Elmer Mendoza, autor de títulos como Efecto tequila o El amante de Janis Joplin, en el problema de violencia que sufre México, «lo más importante es abrir el debate» y tomar distancia para fomentar el análisis, porque el actual «es muy apasionado y está muy inmerso en el presente».
La ola de violencia que vive México la reflejan, entre otros índices, las cifras publicadas por el Gobierno el pasado agosto sobre las víctimas del narcotráfico: 28 mil personas muertas desde 2006.
Ante esta situación, de la que hablan diariamente los periódicos del país, anunciando nuevos fallecidos, para el autor es necesario «que hablen más los especialistas en los medios».
Esto, porque este narrador de la cultura del narcotráfico considera que los especialistas pueden hablar de más cosas. Tienen menos pasión y están menos ansiosos por dar noticias y más por explicar lo que está pasando en México, afirma en entrevista con Efe.
«Ellos pueden ayudar a dar otra visión al asunto de la violencia», comenta Mendoza, venido a Madrid para participar en el festival VivAmérica y pronunciar en la Casa de América una charla sobre en tema «La literatura, entre la barbarie y la imaginación».
Para Mendoza, con la apertura del debate sobre los problemas relacionados con la seguridad, entre otros el análisis de actores como la policía, el ejército, los distintos cárteles de droga que operan, pero también sobre lo que pasa con el resto de los ciudadanos, se podrían conocer las consecuencias que ha tenido la violencia en ese país.
«Pero también es necesario conocer qué pasa en otros temas como el empleo y la educación», advierte. Se descubrirá que «hay problemas que se puedan resolver y otros que no, pero servirá para conocer más de lo qué está pasando en realidad», arguye el escritor oriundo de Culiacán, Sinaloa.
Y, aunque para Mendoza los científicos ya han empezado a ir a los medios para explicar lo que pasa, él espera que este proceso continúe y que los políticos se vuelvan sensibles a escuchar estas opiniones.
Asimismo, el autor galardonado con el premio Tusquets en 2007 por su novela Balas de Plata, considera menester que los turistas continúen visitando México, porque eso ayudará a que los extranjeros tengan una visión de primera mano de lo que en ese país ocurre.
«A veces los turistas se asombran que todo el mundo es muy amable y que no hay balaceras, pero en el norte siempre se han respetado a los ajenos», considera Mendoza sobre esa región en México, que ha adquirido reputación de ser centro de gran violencia.
«Pero México es un país que sigue viviendo, trabajando, y disfrutando, como todos los demás», afirma el literato.
Mendoza arguye que la decisión de hablar del narcotráfico en sus novelas «no fue pensada» y que la situación particular de la violencia de la que ha sido testigo es la que ha llevado a que en su literatura ésta se ponga de manifiesto.
Y, aunque consideró que los escritores no son buenos para emitir opiniones, éstos se han convertido circunstancialmente y sin pretensiones en «voceros de la gente».
En consecuencia, para combatir el estado de violencia sufrido en el país, el escritor propone una campaña social «para no entregar las ciudades».
Esto, después de que en algunas ciudades de ese país se hayan llegado a declarar toques de queda o de que ciudadanos prefieran permanecer en sus casas para evitar encontrar altercados.
Pero en Culiacán, ciudad en la que el Mendoza reside, «la gente sigue yendo a bailar, a cenar y los chicos siguen reuniéndose» y eso también se debe de hacer en otras ciudades», comenta.
Por otro lado, para el también dramaturgo, la existencia de grupos feministas o de periodistas que sigan señalando problemas como el de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, es necesaria para que asuntos importantes no pasen al olvido, y reitera que «hay que abrir la discusión en la que intervengan los especialistas».
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