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Pobre México, tan lejos de Dios,
tan cerca de los Estados Unidos,
dijo Porfirio Díaz
hace un siglo, antes de
los aviones, los proyectiles, los satélites,
los pesticidas, las multinacionales.
Ahora cada nación, aldea,
tribu, pájaro y árbol sobre la tierra
puede compartir esos sentimientos...
hasta la vida sensible de marte
y de la luna terrestre.
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