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Filetes de pescado. (Foto: Science Photo Library)
C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de septiembre de 2012. (RanchoNEWS).- El ejercicio moderado y el consumo regular de ácidos de aceite de pescado mantienen la inmovilidad de los ancianos a raya, según un estudio, informa Jonathan Ball de la BBC.
Los resultados de un reciente ensayo médico muestran que las mujeres mayores de 65 años que consumieron ácidos grasos omega 3 adquirieron casi el doble de masa muscular después de realizar ejercicio físico que aquellas que tomaron aceite de oliva.
Está previsto un ensayo más amplio para confirmar estos resultados y determinar por qué mejora la condición muscular.
Los datos fueron presentados en el Festival de la Ciencia Británico en Aberdeen, Escocia.
Algunos estudios relacionaron las dietas altas en omega 3, que comúnmente se encuentra en pescados aceitosos como la caballa y las sardinas, con potenciales beneficios para la salud, como un riesgo menor de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Durante el proceso natural del envejecimiento, la masa muscular se reduce entre un 0,5% y un 2% por año.
Esta degeneración, que se conoce como sarcopenia, puede conducir a debilidad e inmovilidad en los ancianos.
No hay muchos datos sobre la prevalencia de la sarcopenia en Reino Unido pero los datos de Estados Unidos reflejan que el 25% de las personas entre 50 y 70 años tiene sarcopenia y esta cifra aumenta hasta alcanzar más del 50% en aquellos que tienen más de 80 años.
Según el doctor Stuart Gray, de la Universidad de Aberdeen, el costo de la sarcopenia es inmenso, por los gastos que genera en cuidados y atención sanitaria y por los ingresos hospitalarios que se producen a causa de las caídas.
«Cerca del 1,5% del presupuesto total sanitario en Estados Unidos se gasta en cuestiones relacionadas con la sarcopenia», dijo.
Cuentos de la granja
El índice de pérdida de masa muscular está determinado, hasta cierto punto, por el estilo de vida: se sabe que una dieta baja en proteínas y el sedentarismo exacerban la pérdida muscular.
Estudios anteriores constataron que el ganado alimentado con dietas ricas en omega 3 aumentó su volumen muscular.
Esto condujo a Stuart Gray a investigar si estos ácidos grasos podían ayudar a revertir la sarcopenia en los adultos.
En sus investigaciones iniciales, mostró por imágenes de resonancia magnética que ratas de mediana edad que tomaron un suplemento de aceite de pescado tenían una pérdida menor de masa magra que los otros roedores que comieron una dieta normal.
«El aceite de pescado parece que tuvo efectos protectores anabólicos (de construcción muscular) en las ratas, pero las ratas no son humanos, así que el siguiente paso era probarlo en humanos», dijo.
Así que Gray reclutó a 14 mujeres mayores de 65 años, las dividió en dos grupos, y les pidió que se sometieran a un programa de ejercicio físico de 12 semanas que consistía en dos sesiones de 30 minutos de ejercicios estándar para los músculos de las piernas.
La mitad de las mujeres ingirió EPA y DHA, que son ácidos grasos omega 3, mientras que el otro grupo recibió un placebo de aceite de oliva.
Al comienzo y al final del ensayo, se midió la fuerza muscular de las piernas de las mujeres.
Los resultados fueron convincentes. Las mujeres que tomaron el aceite de oliva experimentaron un incremento del 11% en su masa muscular, mientras que aquellas que recibieron EPA y DHA tuvieron un aumento del 20%, una mejora estadísticamente significativa.
Pero tal como Gray se apresuró a acotar, no todos los suplementos de aceite de pescado contienen cantidades beneficiosas de estos ácidos grasos.
Uno de los problemas con muchos de estos suplementos es que la cantidad de EPA varía.
«Una cápsula que contiene un gramo de aceite de pescado puede que sólo contenga 100 miligramos de EPA y algunas otras pueden contener 400», le dijo el investigador a la BBC.
Su consejo para cualquiera que quiera mejorar su consumo de EPA y DHA en la dieta es que tome un suplemento con los niveles más altos de estos dos ácidos.
Como alternativa, la mitad de una porción media de pescado aceitoso contiene cantidades equivalentes de EPA y DHA como los utilizados en el ensayo.
Diferencia por sexos
Los investigadores recibieron financiación para llevar a cabo un ensayo más amplio que incluye a 60 personas mayores de 65 años para confirmar los efectos beneficiosos de los ácidos grasos.
El nuevo ensayo reclutará una cantidad similar de hombres y mujeres.
Investigaciones previas mostraron que hombres y mujeres difieren en su capacidad para sintetizar nuevas proteínas y también en su reacción al ejercicio físico.
«Las mujeres mayores tienen niveles de síntesis de proteínas similares a mujeres más jóvenes, pero los hombres mayores tienen niveles más bajos en comparación con los jóvenes», explicó Gray.
«Los hombres mayores se adaptan al ejercicio y aumentan el ritmo de síntesis de las proteínas. Las mujeres mayores no hacen esto de forma significativa, aunque sus niveles básicos de síntesis son más altos», añadió.
Evaluar si las mujeres y los hombres responden de diferente manera al ejercicio físico y a los suplementos de ácidos grasos será una de las cuestiones que tratará el nuevo ensayo clínico.
Se prevé que el ensayo comience el mes que viene, con participantes de la zona de Aberdeen.
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