¡Al morir yo quisiera,
que mi espíritu volara,
por tu extensa llanura.
en plena libertad,
por toda la eternidad!
¡Y volar libremente,
por El Tule, Coyame,
reposando en Urique,
Allende, Guadalupe!
¡De noche y de día,
por los picos más altos,
de tu agreste serranía;
por barrancas y desiertos,
de tu grandiosa geografía!
¡Pasando por el Oro,
Morelos, Batopilas,
Guadalupe y Calvo,
cantando melodías!
¡Para llegar a Tomochi,
Guachochi, Carichí,
Uruachi, Maguarichi,
Temósachi, Matachí!
¡Volando por Chihuahua,
al Bolsón de Mapimí,
ya lejos de Nonoava,
Namiquipa, Carichí!
¡Que mi espíritu volara,
por la Sierra Tarahumara,
desde Santa Bárbara,
hasta Villa Ahumada!
¡Creo que voy gozando,
al pasar por Coronado,
cercano al mineral,
del Hidalgo del Parral!
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