C iudad Juárez, Chihuahua. 23 de agosto de 2015. (Redacción / RanchoNEWS).- El Festival Internacional Chihuahua, en su XI edición, volvió a su vocación original: la cultura.
Estrenó nueva sede para los eventos masivos, la Plaza de la Mexicanidad, y tuvo un cambio de formato. En esta ocasión se intentó que cada evento tuviera una fecha exclusiva (hubo una excepción). Se comenzó con los eventos masivos, después teatro y en el teatro también los infantiles.
Se incorporó a la programación una serie de conferencias, siendo la más destacada la del médico hindú Deepak Chopra (leer crónica).
El acto inaugural correspondió a Ciudad Juárez, con el concierto de Fito Páez , en tanto que la clausura le correspondió a la ciudad de Chihuahua con el concierto de José Carreras.
El estado invitado, Chiapas, tuvo una participación brillante con la legendaria Marimba Nandayapa y con el Grupo de Marimba Hermanas y Hermanos Díaz; Arturo Aquino, quien vino a demostrar la razón por la cual es denominado por Armando Manzanero «El piano de América»; y se pudo disfrutar de la dulcísima voz de Gabriela Fernández y su cometido por preservar la buena música popular mexicana.
Para quienes gustan de la música culta, el FICh trajo a gran pianista Jean Muller y ofreció el «Encuentro Sinfónico» con las orquestas Filarmónica del Estado de Chihuahua, la Sinfónica de la Universidad Autónoma de Chihuahua y la Sinfónica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez; aquí bien podríamos agregar a la compañía Arpegio Producciones con su estupenda puesta operística de «Las bodas de Fígaro» dirigida al público infantil.
De allende el Atlántico recibimos al cantante marroquí Emil Zrihan, radicado en Israel, quien nos dio a conocer la música y los instrumentos de Medio Oriente. Mientras que de Holanda regresó la compañía Internationaal Danstheater esta vez para ofrecernos el memorable espectáculo «Crazy Blues».
De nuestro continente tuvimos la fiesta afroantillana de la trompetista holandesa Maité Hontelé y su grupo; y de argentina Miguel di Genova y su grupo Otros Aires, con su magnífica propuesta de contemporizar el tango.
De los grupo mexicanos el que resultó toda una revelación fue La Manta, asentado en Veracruz, su fusión de la música tradicional mexicana con el jazz es de una gran originalidad apoyada en su virtuosismo interpretativo. Estética seria.
El grupo juvenil Quiero Club atiende a un público específico; pero, ¿Moenia? ¿Qué hace aquí? Transcribimos un párrafo de la reseña: «La propuesta estética de Moenia son baladas de amor, sin mayor trascendencia lírica, en un estilo que recuerda a Miguel Bosé, sin la versatilidad de éste, apoyados en –eso sí– un logrado sonido techno».
El hecho que haya sido el evento más concurrido (8 mil personas) no lo valida. Las masas no siempre tienen la razón.
El teatro estuvo representado por la compañía Carretera 45 –de origen juarense, establecida en la Ciudad de México– y Teatro UNAM que trajeron su versión de «Érase una vez… Oc Ye Nechca…», de Jaime Chaubud, con la dirección de Marco Vieyra.
En los espectáculos infantiles nos visitó el comediante canadiense Robert Morgan que lleva ya más de 30 años en su viaje.
Contemplada así la oferta del XI FICh fue atractiva; pero la mayoría de las funciones tuvieron muy poco público y el reclamo generalizado fue la falta de difusión, al grado que incluso los programas impresos se agotaron casi desde el inicio.
Otro factor fue la temporada en que se llevó a cabo. Ésta es la segunda ocasión que el festival se realiza en agosto (en plenas vacaciones, antes se realizaba entre finales de septiembre y principios de octubre) lo cual es un impedimento para promover la asistencia entre estudiantes de nivel básico, por ejemplo, y tampoco es el mejor momento económico para muchas familias.
Deseamos que esta experiencia sirva a la nueva dirección del Instituto Chihuahuense de Cultura para mejorar la edición XII del FICh, que ya es una institución y como tal se debe cuidar.
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