James Ellroy (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 1° de febrero de 2018. (RanchoNEWS).- James Ellroy siempre viste camisas hawaianas. ¿Por qué? Porque le gusta pasar frío. O eso dice cuando le preguntas. Siempre son camisas de manga corta y siempre son camisas hawainas. Encima lleva apenas una americana. «¿Ves? Nada, me gusta el frío», dice. Lo que no dice es que también le gusta llamar la atención. Lo dirá un poco más tarde. El tipo que fue una vez un niño de diez años, el hijo de Jean Ellroy, el hijo de Geneva Hilliker, la pelirroja que murió asesinada una noche de sábado, un sábado de junio de 1958, en Los Ángeles, tiende a mirarte directamente a los ojos, y a bromear. Es la clase de autor personaje que intenta tomar el pelo al periodista que tiene delante y, para abrirse camino hasta él, hasta el verdadero Lee Earle (no se llama en realidad James, sino Lee Earle, un nombre que casa fatalmente con Ellroy, y que hacía que en el colegio acabasen llamándole Leroy Ellroy, algo que aborrecía soberanamente), hay que hacerlo a machetazos de ironía.
Ellroy, que recibe este jueves el Premio Pepe Carvalho que concede cada año el festival BCNegra a la trayectoria de un grande de lo policíaco-criminal, no ha oído hablar nunca de Pepe Carvalho ni de nadie llamado Manuel Vázquel Montalbán, «al único Montalbán que conozco", dice, "es a Ricardo Montalbán, un actor mexicano». Claro. «Yo lo que quiero es el premio al Mejor Matador», dice a continuación, "un Antonio Ordoñez o un Luis Miguel Dominguín", añade, porque, dice, tenían más postín, «eran amantes de Ava Gardner».
Laura Fernández lo entrevista para El Cultural
REGRESAR A LA REVISTA