Ángel Zárraga, Autorretrato, 1930 / Oleo sobre tela / 73 x 57 cm. (Foto: Archivo)
M éxico, 6 de Noviembre 2006. (Isabel Leñero / Proceso).- El Museo de Arte Contemporáneo de Durango presenta una magna exposición retrospectiva del pintor mexicano Ángel Zárraga (1886-1946), en homenaje a sus 120 años de su natalicio y 60 de su fallecimiento.
La obra pertenece a coleccionistas privados y a los acervos de museos nacionales que dependen del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Es una exposición que vale la pena visitar, pues reúne el trabajo de uno de los artistas más relevantes de nuestro país y al que a veces no se le conoce lo suficiente por haber pasado más de la mitad de su vida en el extranjero, cerca de 40 años en Europa, especialmente en Francia.
La obra de Zárraga, en un principio, se ve influida por el cubismo, y después se dedica a pintar temas deportivos. En sus trabajos figuran corredores, futbolistas, lanzadores de discos y nadadores, entre otros.
En 1917 y 1918, el artista empezó a incursionar en la pintura mural, con una obra dramática que se presenta en el Teatro Antoine de París. Posteriormente inició su trabajo mural al fresco y a la encáustica, y es en esa época cuando José Vasconcelos lo llamó para participar en el muralismo mexicano, sin descuidar su trabajo reconocido en Francia.
Las pinturas se insertan en la corriente artística del momento, conocida como art decó.
Es hasta 1941 cuando Zárraga regresó a México, donde montó su estudio, impartió clases y pintó retratos encargados por el arquitecto Mario Pani. En 1942 empezó un mural en los salones del club de Banqueros, del edificio Guardiola, y en 1943 comenzó a realizar su obra de mayor envergadura en nuestro país: la Catedral de Monterrey. Antes de su muerte, trabajó en los cuatro frescos de la Biblioteca de México, donde desafortunadamente sólo logró pintar el primero, sobre el cuerpo humano.
La muestra, que se presenta en Durango, estará abierta al público durante este mes.
REGRESAR A LA REVISTA