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lunes, noviembre 27, 2006

Noticias / Guadalajara: «La palabra, arma contra el terror», Gordimer

La escritora africana (Foto: Archivo)

G UADALAJARA, Jal. 27 de Noviembre 2006 (Sandra Licona/El Universal).- Nadine Gordimer, que ha hecho del racismo, del Apartheid y de la lucha por la liberación sudafricana los pilares de su literatura, habló ayer del papel del escritor como testigo de los cambios que amenazan a la sociedad, en especial el terrorismo, y apuntó que los autores pueden ser protagonistas al narrar los hechos desde una mirada interior, más allá de sus personajes de ficción. "No hay torres de marfil que puedan sostener el acoso de la realidad", afirma.

Dijo que, por ejemplo, aquellos que perpetran los ataques terroristas también son testigos "de otra fe que el diccionario no reconoce, la fe del Islam" y que también tienen sus propios martirios y mártires, pero que el significado de todo esto no puede entenderse en la inmediatez de la imagen, y ni siquiera en el análisis de los expertos".

Añadió: "Sólo es posible hablar de todo este terror desde la literatura, así que los autores debemos tener las antenas bien abiertas para explicar los hechos de manera clara, desde lo receptivo de las vidas, tenemos una enorme tarea frente a los innumerables actos de destrucción que se dan en todo el mundo."

La escritora sudafricana abrió ayer el Salón Literario de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con la conferencia "Witness: the Inward Testimony", donde anotó también que, "como autores, encontramos la fuente de nuestro arte en la vida de los otros y en su contexto, un testigo tiene que ver con el testimonio que nace del interior".

Gordimer, quien nació en el seno de una familia acomodada y que por ello fue testigo privilegiado de la diferencia racial, insistió en qué tanto debe participar el autor con su narrativa, "sobre todo cuando tiene ante sí cambios sociales que amenazan la sociedad.

"Franz Kafka dice que el escritor busca entre las ruinas cosas diferentes y más cosas que los demás, se trata de un salto cuántico en busca de qué es lo que verdaderamente está sucediendo, y ésta es justamente la naturaleza testimonial que los autores deben de dar, una contextualización desde una mirada interior, puesto que tienen el sexto sentido de la imaginación para completar los hechos."

La escritora recordó algunas de las novelas que se produjeron después de la bomba atómica o aquellas que se refieren específicamente a la Segunda Guerra Mundial, e insistió en que "percatarse de lo que sucede, siempre debe ir ligado a un sentimiento, a una búsqueda que no niegue la realidad, sobre todo cuando ésta es demasiado atroz. En este milenio los escritores tiene un espacio y un tiempo específicos, y deben aprovecharlo".

Añadió que "a través de la narrativa, los autores no estamos alejando de la circunstancias de la realidad que todos vemos, un autor busca la mirada interior, como los niños que ven las cosas de manera diferente a la de los adultos, tenemos esta mirada que es la que verdaderamente narra lo que está pasando en todo organismo vivo".

Señaló que los escritores buscan fusionarse a sí mismos como individuos, y que toda creación hace una transformación del objeto y que esta es una segunda condición existencial del escritor.

"Cuando veo que alguien levanta la ceja veo una señal para los autores, sabemos que el trabajo solitario del escritor tiene que ir hacia abajo y explorar en las raíces, es en la única dirección que tenemos libertad para avanzar".

Gordiemr dijo que "no podemos creer que sembramos la bandera de la libertad si no vamos a las raíces, no podemos descartar nada, nuestro trabajo es hacia adentro, incluso de los actos terrorista, incluso de los que fueron víctimas, hay que encontrar el sentido".

Ante un auditorio de visitantes de la FIL, condenó la indiferencia y dijo que sin bien la libertad de expresión es importante para todos, "los escritores tienen que convertirse en seres políticos, constantemente conscientes de lo que pasa en el mundo, ya sea amargo o dulce, y no deben evitar ser moldeados por esos acontecimientos".

Apuntó también que la literatura como testigo no debe ser incompatible con experimentos de forma y fondo: "Los escritores estamos, hoy por hoy, ante desastres que exceden toda comprensión , cómo podemos responder a ese reto, tenemos que confrontar todas las posibilidades del medio con que contamos, o sea la palabra".

Concluyó que "nací en la minoría blanca, pero desde niña sentí la necesidad de expresar lo que observaba, el racismo sobre todo, y lo hice escribiendo historias. Hay circunstancia de tiempo y espacio que son únicas y que si tenemos esta simultaneidad de tiempo y espacio podremos entender los límites de nuestra libertad de expresión".

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