Vista parcial del histórico inmueble. (Foto: José Pazos)S an Luis Potosí, SLP., 18 de octubre, 2007. (Arturo Jiménez / La Jornada).- En ese edificio estuvo preso Francisco I. Madero y se comenzó a gestar el Plan de San Luis, y hoy todavía se observan las últimas pintas que los reclusos hicieron a lo largo de un siglo.
Pero ahora el ambiente sombrío de la antigua Penitenciaría del Estado de San Luis Potosí desaparece y pronto quedará muy poco, para dar paso a una versión aligerada de lo que fue, ahora iluminada por la promoción y enseñanza de las artes.
Sucede que ese conjunto arquitectónico de varios edificios es transformado en la sede del nuevo Centro de las Artes de San Luis Potosí, dependiente de la Secretaría de Cultura estatal y en el que, con la participación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), se invierten más de 200 millones de pesos.
Donde antes se pagaban «deudas con la sociedad», en celdas de tres por cuatro metros que habitaban hasta seis presos, ahora se formará a jóvenes en diversas artes: visuales, escénicas, música, literatura.
El edificio principal se comenzó a construir en 1884, en el porfiriato, la penitenciaría fue inaugurada en 1904 y cerrada en marzo de 1999, cuando los presos fueron trasladados al nuevo reclusorio estatal, de alta seguridad y con menos luz.
Atrás quedará una historia centenaria que deberá documentarse, pues la antigua penitenciaría se llegó a conformar «como un pueblito», con diversos espacios para los reos y sus familiares.
Hace un siglo, señala la arquitecta Laile Gómez, la entonces nueva penitenciaría potosina incorporó conceptos que estaban a la vanguardia del diseño arquitectónico de la época y que ya habían sido utilizados en el «Palacio Negro» de Lecumberri, inaugurado en la ciudad de México por Porfirio Díaz, también en 1904.
Entre esos conceptos destaca el llamado «panóptico», aplicado en Europa desde finales del siglo XVIII en construcciones donde se requería un dominio visual y un acceso controlado a todos los espacios, lo cual se puede apreciar hoy en los hospitales y cárceles de aquella época.
Asunto de metamorfosis
En octubre de 2005, tras un concurso ganado por el despacho del arquitecto Alejandro Sánchez García y en el que participaron 24 proyectos, el antiguo conjunto fue reabierto para su restauración y transformación bajo supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
De hecho, apenas el pasado 27 de septiembre se publicó en el Periódico Oficial del estado el decreto que da personalidad jurídica a la existencia del centro, cuyas obras son coordinadas por Gómez, quien guía un recorrido por el laberíntico lugar.
La funcionaria informa que se lleva un avance de «85 por ciento» en los trabajos, que su inauguración oficial será en julio de 2008 y que formará parte de la red nacional de centros de la artes de estados como Guanajuato, Oaxaca, Chiapas y Sinaloa.
Al fondo de la penitenciaría, ubicada en la calzada de Guadalupe, todavía se observan en algunas crujías y los viejos barrotes que las resguardan, y dentro de ellas, las puertas de metal de las varias celdas en ambos lados del galerón.
En pocos meses, al exterior sólo quedarán casi tal cual la fachada y las enormes bardas con sus torres de vigilancia, y adentro, sólo las paredes repelladas de los diferentes edificios, porque los techos planos fueron sustituidos por cóncavos con ranuras de luz.
El Centro de las Artes contará con un teatro cerrado para 600 personas y otro al aire libre para 3 mil, además de biblioteca, mediateca, varias galerías, espacios para la enseñanza de las disciplinas artísticas y locales comerciales, donde se venderán productos artísticos y artesanales.
En las más de cuatro hectáreas de superficie y más de 33 mil metros cuadrados construidos, también se asignará un lugar a un museo de sitio, que mostrará la historia de 100 años de la penitenciaría.
Parte del equipamiento ya está garantizado, porque la Secretaría de Cultura potosina y el CNCA, encabezados por Roberto Vázquez y Sergio Vela, respectivamente, firmaron un acuerdo en el que la Federación asignará 15 millones de pesos adicionales para computadoras, equipo de sonido y de video, monitores, proyectores, iluminación y otros rubros.
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