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Juan José Millás visto por Sciammarella. (Foto: Archivo)
B arcelona 17 de octubre, 2007.(Carles Geli/El País).-Un día, desde este diario, le propusieron que fuera la sombra de sí mismo. Juan José Millás (Valencia, 1946) cumplió. «No me costó nada seguirme, porque siempre he contemplado mi vida como una ficción», asegura. No sabe bien cómo ni por qué acabó en un hotel. Sentado en la cama, se preguntó por el momento fundacional de su vida. «Y se me apareció una frase: 'Mi padre tenía un taller de aparatos de electromedicina'. Evoqué ese momento de mi niñez y el taller, y salió». Con esa frase arranca El mundo, la novela autobiográfica con la que Millás ha ganado el Premio Planeta de Novela, que aparecerá en las librerías el 7 de noviembre.
El narrador se llama Juan José Millás, y la historia se inicia con ese chaval que poco antes, a los seis años, ha de dejar Valencia junto a su familia para ir a Madrid. Algo se rompió dentro de ese niño en 1952: «La infancia es un territorio indiferenciado si no se produce en ella una herida, como en mi caso: dejamos Valencia, ciudad luminosa con un mar al que íbamos siempre, para aterrizar en un no lugar tras un viaje espantoso en tren de asientos de madera, con frío y sabañones, un suburbio donde en mi calle empezaba la nada». Era la madrileña Canillas, que, por contraposición, «hizo que Valencia se convirtiera en un territorio mítico, metáfora de las demás cosas que siento que están rotas y que conducen a convertirme en escritor». «La escritura», resume, «trata siempre de restaurar lo que se rompió en una época remota».
Los recuerdos, con incursiones en la vida adulta -«la novela tiene algo de asociación libre de ideas, de diván»-, se entremezclan con las imágenes de una calle de la que quería escapar. «Era gris, abocada a un descampado, una celda». Y el tiempo no la ha sepultado: «Lo sorprendente es que no he salido de ella porque sigue dentro de mí, la reconozco hasta en ciudades que visito por primera vez».
En esa infancia triste, el autor de El desorden de tu nombre tomó conciencia de que podía mirar el mundo de otra manera. «Cambió nuestra situación económica, a peor, lo que alteró el carácter de mis padres... Todo eso constituyó un territorio hostil del que me tenía que defender, y un niño se defiende con la imaginación, su gran herramienta de fuga». Y ahí llegó la mirada de extrañeza sobre lo cotidiano que define el estilo (literario y vital) de Millás. «En esta obra se descubre cómo llegué a conquistar la mirada con la que trabajo y vivo ahora y que de niño reprimía, como una enfermedad».
Lleva el escritor una época en la que sus textos han adquirido una profunda carga autobiográfica, como sólo se dio en su primera obra, Cerbero son las sombras. ¿Qué se ha roto ahora en el Millás de 2007? «Juan José Millás lleva muchos años arreglándose las cosas. Tengo la sensación de haberme hecho con materiales de despiece, como los que se hacen una moto comprando piezas sueltas por ahí. Y estoy satisfecho del resultado porque ha sido una construcción personal: la mayoría de personas las hacen». Y reconoce: «Siento, y la escritura de esta novela lo articula, que estaba deshecho y que me faltaban piezas; debo estar cargado de prótesis psicológicas, pero muchos libros y horas de reflexión hacen que esas prótesis funcionen ahora como una lavadora alemana».
Salvado el pudor que le impedía dar luz pública al libro -«el miedo me hace huir siempre hacia lo que temo, por eso escogí presentarme al Planeta»-, Millás hace balance: «Es difícil de creer que de aquella calle y aquel pobre niño haya salido esto, y me acuerdo entonces de Blade runner, el filme basado en la obra del fascinante Philip K. Dick, donde a los replicantes les construyen una historia de vida con las fotografías; a veces pienso que, como a ellos, a mí me ha tocado esa historia que en realidad no es mía».
El premio
Martes 16 de octubre de 2007. (cultura@eluniversal.com.mx).- El lector enciclopédico y escritor español, Juan José Millás, obtuvo el Premio Planeta, dotado con 601 mil euros, por su novela autobiográfica El mundo, que participó en el certamen con el nombre de «A ciegas», firmada con el seudónimo Tiresias.
El fallo fue dado a conocer ayer por la noche en el Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona. Cerca de mil personas ligadas al sector editorial español participaron en el evento, en el que también se encontraba Millás, quien señaló a la prensa que la novela toca su propia vida, su infancia en Valencia al lado de nueve hermanos y el posterior éxodo a Madrid.
El libro aborda el tema de la identidad, recurrente en toda su obra.
Tiresias alude a un personaje mítico, que aparece en todo el ciclo de comedias de Tebas y que atraviesa la historia de la literatura.
«Se trata de un personaje que es vidente y ciego, condición que debe tener todo escritor: para ver tienes que escribir a ciegas», dijo Millás tras conocer el fallo del premio.
El título habla del mundo, dijo, «porque la novela cuenta la historia del descubrimiento del universo por un preadolescente que lleva mi nombre”.
En una entrevista concedida a este diario el año pasado, aseguró a Héctor de Mauleón que «las relaciones entre apariencia y realidad, verdad y mentira, me interesan mucho. Estoy obsesionado con los sitios en los que podemos encontrarnos con nosotros mismos».
También la adolescencia y los recuerdos marcan los libros de Millás, quien desde pequeño estuvo fascinado por el mundo de las palabras.
«He tenido una relación un poco patológica con ellas. La relación entre la palabra y el objeto que nombra es arbitraria. Pero yo confundía la palabra con el objeto. No entendía por qué, cuando yo decía ‘casa’, veía dentro de mi cabeza una casa, y cuando decía ‘ca’, no veía media casa... Sigo teniendo con ellas una relación extraña. Creo que hay palabras que matan y palabras que curan. Una palabra puede hacer mucho daño. También mucho bien».
Juan José Millás nació en Valencia, España, en 1946. Influenciado por Dostoievski y Kafka, estudió Filosofía y Letras, carrera que abandonó en 1972. Dos años después ganó el Premio Sésamo de novela corta, con la obra Cerbero son las sombras.
Su consolidación como escritor vendría en 1984 con la novela Letra muerta, y más aún con El desorden de tu nombre (1988). El orden alfabético (1998), No mires debajo de la cama (1999) y Dos mujeres en Praga (2002), son otros títulos básicos en su vastabibliografía.
Antes de iniciar sus colaboraciones cotidianas con el diario El País, Millás trabajó en el departamento de prensa de la compañía aérea Iberia. En el diario español se ha caracterizado por un estilo que juega a romper las barreras entre periodismo y literatura. Una selección de sus artículos aparece en el libro Algo te concierne (1995).
El jurado integrado por Alberto Blecua, Alfredo Bryce Echenique, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Soledad Puértolas, Rosa Regàs y Carlos Pujols, determinó que la novela de Millás era la ganadora sobre 468 obras más, la mayoría de ellas pertenecientes al género de la novela histórica.
Otra de las finalistas fue Villa diamante, presentada bajo el título falso de «Gío y las palmeras», firmada por Julia Brideshead Ponti, seudónimo del showman televisivo Boris Izaguirre.
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