Editan libro que da cuenta de la trayectoria del artista, con textos de Carlos A. Córdova
Sonia Sierra
El Universal
Jueves 17 de febrero de 2005
En la historia de la fotografía mexicana, el capítulo que escribieron algunos de sus protagonistas aún está por contarse. Hace falta, por ejemplo, ahondar en la obra de, entre otros, Guillermo Kahlo (a quien se le conoce más como padre de Frida), Hugo Brehme y Eva Mendiola. Resarcir la historia de uno de esos creadores es el motivo central del libro Agustín Jiménez y la vanguardia fotográfica mexicana , que da cuenta de la trayectoria de ese artista. Los textos fueron realizados por el investigador de la imagen Carlos A. Córdova y lo publica la Editorial RM; a partir de hoy será presentado en un ciclo de cuatro eventos donde 12 especialistas se referirán a este creador, su actitud vanguardista y, en general, la historia de la fotografía nacional. Jiménez fue un creador de imágenes que se ocupó por igual de retratar algo tan característico de México como los nopales, así como a los artistas del momento y la gente de la ciudad, y también la arquitectura, la milicia y hasta series de objetos clavos, tornillos, suelas. En opinión de Córdova, Jiménez pertenece a una generación de celebridades desconocidas y de quien se sabía muy poco. Considera que, incluso, se le puede llamar "el más internacionalista de los mexicanos porque estuvo abierto a las vanguardias italianas y de otros lugares, pero sin imitarlas. Lo que hizo fue trasladar a México esas tendencias". Nacido en la ciudad de México en 1901, Jiménez hijo de un pintor, fotógrafo y cineasta homónimo hizo de la fotografía el centro de su obra. Como otros de sus contemporáneos, la llevó a distintos espacios, pero a diferencia de aquellos, Jiménez lo hizo en etapas muy precisas y sin combinar sus actividades. Maestro de fotografía en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en los años 30, Jiménez fue uno de los fotógrafos más consolidados del país. Desarrolló su obra junto con otros tan reconocidos como los mexicanos Manuel Álvarez Bravo (con quien compartió una exposición) y Luis Márquez, y los extranjeros Tina Modotti, Henry CartierBresson y Edward Weston, entre otros. En una primera etapa exhibió en galerías mexicanas y de Nueva York; a comienzos de los años 30 se decidió por difundir sus imágenes en publicaciones periódicas como EL UNIVERSAL ILUSTRADO y la Revista de Revistas . Entonces, su estilo fotográfico acompañó poco más de 500 artículos. Esa actividad la dejó hacia 1934 para dedicarse de lleno al cine, primero en la fotofija y luego como camarógrafo. En este campo, al que se dedicó hasta su muerte en 1974, hizo la cámara de 200 cintas. Una de ellas fue la de la cinta Ensayo de un crimen , de Luis Buñuel. Aquí, reconoce Córdova, "Jiménez tuvo trabajos muy buenos y otros muy menores". Para el investigador, "la idea del arte de Agustín Jiménez fue la de un arte social, un diálogo no del arte con el arte sino con la sociedad, un arte que se preocupa por acceder a un público masivo, que intenta replantearse con vigor los temas clásicos de la mexicanidad y reciclarlos, reinventarlos". Córdova dice que "en México no hemos mirado lo suficiente a Jiménez y a otros creadores. Es muy bueno todo lo que se conoce de Álvarez Bravo, pero de otros fotógrafos no se ha publicado ni un artículo. En ese sentido, es lamentable que ningún museo mexicano tenga fotos de Agustín Jiménez y que hoy éstas estén sólo en manos de coleccionistas privados o de la familia". Ramón Reverté, editor de RM, explica que su interés es "apostar porque este tipo de ediciones se conozcan en México, Europa y Estados Unidos. Queremos hacer otros libros de arte, pero lo que nos importa es tener obras con calidad". A esto, Córdova agrega que "México no ha explotado la posibilidad del libro fotográfico, lo que se hace aún está por debajo de su potencial real". El libro Agustín Jiménez y la vanguardia fotográfica mexicana es producto de una investigación en archivos y contiene textos e imágenes inéditos. Fue impreso en Hong Kong, inicialmente la edición se haría en China, donde los costos son más económicos, sin embargo, algunas fotos de Agustín Jiménez, con escenas de la calle, fueron rechazadas por los editores chinos a quienes su contenido les resultó censurable.
